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en la terraza

Manolo Fossati

Cuestión de cariño

EL mismo día en que se publicaba que la Junta de Andalucía aún no había abonado los 300.000 euros comprometidos para poner en marcha una depuradora de mariscos en San Fernando, se conocía que ese mismo gobierno andaluz nuestro había estado dispuesto a poner casi seis millones más otras cantidades en diferentes ayudas para que una empresa china se instalara en la antigua Delphi. El primer proyecto está impulsado, deseado y trabajado desde hace años por una asociación de mariscadores de la Isla, y pretende poner en marcha una planta de cría y preengorde de moluscos en antiguas salinas de la zona. El segundo viene de la mano de una compañía nacida en el lejanísimo Oriente y quiere fabricar amortiguadores a gran escala. El primer proyecto va a crear, seguros, de entrada, una veintena de puestos de trabajo y, si la cosa va bien (¿y por qué no va a ir bien?) muchos más. El que viene de China prometía más de 100 empleos.

En San Fernando, un grupo de políticos socialistas se hicieron la foto en la colocación de la primera piedra y ahora ese mismo grupo no responde a la pregunta de los mariscadores ¿por qué no habéis abonado ya el dinero comprometido?

Tal vez, si los políticos estuvieran más con la gente, en el día a día de sus afanes; si a muchos de ellos les importara más la verdad de la difícil vida de los ciudadanos y menos; si hicieran la política honrada con quienes les han votado; si no estuvieran más pendientes de grandes operaciones de titular asegurado; tal vez entonces comprenderían que hay tanto futuro en el marisqueo racional, una actividad ligada a la dura tradición y a la esencia de esta tierra como en la no menos tradicional ocupación industrial. Con una diferencia: que la inversión necesaria es mucho menor, que la gente a la que se le ayuda es de la casa, personas de confianza y que conoce el terreno, y de cuyo éxito depende su porvenir y el de su familia. Aquellos chinos tienen el mismo cariño, o menos, por un ex empleado de Delphi que por un obrero polaco. En todo caso, querrán más al que menos dinero quiera cobrar.

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