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Con la venia

fERNANDO / SANTIAGO

Chandalismo

Lo cantaba Martirio "con mi chanda y mis tacones, arreglá pero informá". Es el síntoma de la decadencia. El chándal es una prenda deportiva que debe usarse tan solo para practicar deporte o para ir a practicarlo. Ver pasear a gente en chándal por las calles de Cádiz es una muestra evidente de cómo han cambiado las cosas para mal. Si se ven fotos o imágenes de hace 50 o 100 años para nuestros padres y nuestros abuelos era inconcebible no arreglarse para pasear por la ciudad, incluso para ir a un mandao. No voy a llegar al extremo de tener que usar sombrero, chaleco, chaqueta y corbata pero ponerse un chándal para andar por la ciudad señala un desorden mental evidente. Nuestros abuelos se ponían el canotier para ir a la playa o a los toros, nuestros padres iban convenientemente vestidos para pasear por la Alameda o la calle Ancha, era insólito ver a alguien mal vestido en Los Italianos.

Es casi como la frase de Thomas de Quincey "se empieza por permitirse un asesinato, pronto no le dará importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente". El ejemplo paradigmático del chandalismo fue el comandante Hugo Chávez Frías, como ha recordado Salvador Sostres. Se empieza por ponerse el chándal y se termina por cerrar televisiones, por mandar al exilio a dos millones de ciudadanos, por meter en la cárcel a los disidentes, por ocupar todas las instituciones, por regalar a los amigos los recursos del Estado o por apoyar a las dictaduras árabes. No hay más que pensar que los únicos chandalistas activos eran Fidel Castro y Hugo Chávez

En cuando Chávez se lo puso se hizo creyente y connotado machista. La boina roja y el uniforme militar ya nos señalaron a un golpista mientras que la camisa roja en España hubiera sido azul mahón Lo dijo Oscar Wilde "manners before morals" : el desorden indumentario es una muestra de debilidad intelectual. No me extraña la decadencia de Cádiz con la extensión del chandalismo , metáfora de garjajillos, calzonas, chancletas, camisetas ceñidas y ropa interior por el exterior.

La manera en que ahora se viste por Cádiz es un claro síntoma de degradación.

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