Hay públicos entregados y públicos de Bunbury. Anoche, frente a los muelles gaditanos, se cerró el Festival No Sin Música, que en pocos años se ha convertido en un clásico por la calidad de los artistas actuantes y el entusiasmo del público. Ayer, todo eso se expresó en sus grados máximos durante la actuación del artista aragonés, que alternó los temas clásicos con los de su último disco sin que el regocijo decayera en ningún momento. La jornada del sábado fue, como también va siendo ya norma, la de más afluencia de gente, y el puerto mantuvo durante todo el día una asistencia mayúscula, hasta bien entrada la madrugada.