El Alambique

Enrique Bartolomé

¡Basta ya!

YA está bien de tanto marear la perdiz. ¿O es que hace falta ver más, para tomar medidas drásticas? Resulta que el lunes me desayuno por internet con una noticia que me desconcierta y abruma; dice así: "El concejal de Urbanismo, Antonio Fernández, espera que en el mes de abril se pueda llevar al pleno municipal una resolución con respecto a la tasa de arbolado que aún sigue pendiente, bien mediante su derogación o una modificación de la misma".

Un asunto que llevó a Pleno el anterior equipo de gobierno del PP en febrero de 2015 que tiene que ver con la aprobación de la ordenanza fiscal que regula la tasa por el estudio, tramitación y suministro y la plantación de arbolado en licencias de edificaciones; que fue aprobada -no así la ordenanza municipal sobre el incremento del patrimonio urbano natural-, y aún se estudia qué hacer con la misma. Leer para creer. Chapuza jurídica de tal calibre, que si no entiendo bien quien lleva estudiando el asunto un año, menos me cabe en la cabeza para qué. Fíjense como se urde el asunto y me darán la razón. La exposición en el pleno fue: "Estando previsto la aprobación por el Pleno de este Ayuntamiento de la Ordenanza Municipal sobre el Incremento del Patrimonio Urbano Natural, en cuyo articulado se establece la exigencia de cobro de una tasa por la tramitación, el suministro y la plantación…" (aprobemos la tasa antes, no vaya a ser que se arrepientan -tras las elecciones, como así fue-, en un pleno con la Corporación Municipal en funciones).

Según he constatado, la práctica totalidad de los técnicos de Urbanismo estuvieron en contra de esta ordenanza y de las elevadas tasas que preveía, ya que obligaba a los promotores a adquirir arbolado a una única empresa y a unos precios mucho más altos que en el mercado (400 euros la unidad). Por una vez, al unísono, la Federación Provincial de Agrupaciones de Empresarios de la Construcción de Cádiz (FAEC) y la Asociación Ecologistas en Acción la consideraron "abusiva y con el objeto de hacer caja y chantajear a los promotores para favorecer a la actual adjudicataria, del suministro y la plantación".

Impresentable, como la última del centro municipal de acogida de animales. Presuntamente, un mismo responsable, Antonio Caraballo Crespo, jefe de servicio de Medio Ambiente. Que, como pez en el agua, sigue mandando en el Ayuntamiento. Ya está bien.

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