En román paladino

RAFAEL / ROMÁN

Astilleros y funcionarios

Astilleros de Cadiz en 1972 tenía 3.190 trabajadores. En el lenguaje de entonces se clasificaban a 466 como técnicos, 199 como administrativos, 1.323 como obreros cualificados y 1.202 como no cualificados. Hoy tiene menos de la décima parte en plantilla. Sólo este dato indica la transformación tan profunda habida en Cádiz, sin hablar de otras industrias tradicionales de nuestra ciudad. Crisis tras crisis, reconversión tras reconversión, la industria naval gaditana -como el resto de la española- no ha podido aguantar la competencia de los constructores asiáticos y como tabla de salvación, para no desaparecer, las factorías de la bahía son de construcción militar, escapando así de los ojos de Bruselas, salvo el pequeño porcentaje autorizado de construcción civil -que no se cubre- o las reparaciones, que sí están consiguiendo nuevos mercados.

La otra cara de la moneda la encontramos en el número de funcionarios de las administraciones. Se han multiplicado. Las plantillas antiguas eran raquíticas y se ha añadido la administración autonómica, que no se ha limitado a asumir los funcionarios transferidos sino que los ha hecho crecer en todos los sectores: educativos, sanitarios, administrativos y con organismos de nueva creación. Sólo con ver el número de edificios de Ayuntamiento, Diputación, Junta y Estado - éste último decreciente, salvo en lo que se refiere a las fuerzas de seguridad- y los que ocupaban las administraciones hace años está todo bien a las claras.

La antigua plantilla de astilleros sostiene con sus pensiones a buena parte de nuestras familias pero su capacidad se está viendo mermada porque muchos van desapareciendo por razones naturales y porque el número de familiares dependientes no cesa de crecer por el aumento del paro.

Igual ocurre con los del resto de las antiguas grandes empresas. Los funcionarios han vuelto a recibir la ya tradicional noticia de las reducciones salariales, que los bien informados estiman en un 20% en cuatro años.

La congelación salarial de los funcionarios y la pérdida de poder adquisitivo de las pensiones de "los presupuestos de la recuperación" no son en Cádiz medidas macroeconómicas lejanas, son noticias locales, porque inciden directamente sobre las familias y deterioran el nivel de vida de las personas con las que nos cruzamos a diario. Lo demás es falso triunfalismo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios