La tribuna

Manuel Pezzi

Andalucía necesita los corredores

ANDALUCÍA se desarrolla dentro de una economía globalizada en el seno de la Unión Europea. La mayoría de las decisiones importantes se toman desde esta perspectiva, aunque con frecuencia nos empeñamos en analizar los problemas y sus soluciones con una escala inadecuada, la provincial o local, que provoca disfunciones y anomalías graves. La elección de una escala adecuada para el diagnóstico y la toma de decisiones son indispensables para las infraestructuras. Recordemos lo que supuso la A-92 en la articulación y cohesión de Andalucía para ver la trascendencia ahora de la construcción de los corredores ferroviarios Mediterráneo y Atlántico, a los que exclusivamente se dedicarán los fondos comunitarios para infraestructuras del marco 2014-2020.

El debate sobre los corredores ferroviarios y su trazado está terminado ya, aunque algunos todavía no se den cuenta. Ahora toca fijar las prioridades de su desarrollo y los fondos económicos. La Junta ha fijado como prioridad la conexión del puerto de la Bahía de Algeciras con Bobadilla donde conectaría el Corredor Mediterráneo y el Atlántico o Central. El Gobierno de España racanea con esta obra cuando es suicida el aislamiento por ferrocarril de este puerto, el principal del Mediterráneo, frente a la competencia de los del norte de África. La Junta asimismo apuesta por darle continuidad al Corredor Mediterráneo desde Barcelona, Valencia y Murcia hasta Almería y después por todo el eje transversal, por Granada, Antequera/Bobadilla, Sevilla, Huelva y Cádiz, y no hacerlo para tenerlo finalizado en 2020 es imperdonable.

Esta dejadez del Gobierno de España está teniendo lugar sin el unánime grito empresarial e institucional, también del PP, que lo obligue a rectificar. Veamos, han ralentizado la conexión Murcia-Almería; el tramo de alta velocidad Almería-Granada no tiene, después de tres años, la Declaración de Impacto Ambiental y carece de planificación y calendario. El tramo Granada-Antequera/Bobadilla será con vía única hasta Archidona y el paso por Loja se hace en un trazado del siglo XIX. El tramo Bobadilla-Sevilla es el que más incertidumbres provoca por un desencuentro incomprensible entre el responsable y dueño de la red del Estado de alta velocidad, el Ministerio de Fomento y ADIF, que se niega a negociar su terminación y uso con la Junta de Andalucía, que ha ejecutado ya, con un costo de 280 millones, la plataforma entre Bobadilla y Marchena, un tramo de 77 kilómetros, que se puede poner en carga de manera inmediata con traviesas polivalentes para disminuir el tiempo del trayecto de los trenes con salida o llegada a Sevilla, desde Málaga, Granada o Almería, mientras que se termina el resto de la plataforma para vía doble y tráfico mixto de viajeros y mercancías.

Fomento arguye que la Junta se comprometió a construirlo, olvidando que el Ministerio se comprometió a hacer el resto y no lo ha hecho. También olvida que las obras ya realizadas entre Bobadilla y Marchena se han hecho sobre terrenos demaniales de ADIF, y por tanto, de su propiedad, y que se trata de un trazado clave para completar los corredores ferroviarios de competencia del Estado y comprometidos con la UE. El sentido común haría que las dos administraciones llegaran a un acuerdo desde la lealtad institucional para poner en uso los kilómetros ejecutados y terminar el resto con ayudas europeas del nuevo Marco Comunitario.

Para poner en evidencia a la Junta, Fomento ha ofertado un by-pass por Almodóvar del Río para que los trenes de Málaga y Granada lleguen a Sevilla y viceversa, con una obra que necesita tres años, que no tiene estudio informativo, que costaría en doble vía 50 millones y que supondría más de 50 kilómetros de trayecto adicional. Ir a Sevilla o volver desde Granada o Málaga por Córdoba sería una solución provisional pero existe otra alternativa: la fantástica línea recta, desde Bobadilla a Osuna, Marchena, Dos Hermanas y Sevilla.

Tampoco es asumible la propuesta de utilizar estos 77 kilómetros en línea recta realizados para instalar un trazado alternativo al planificado Anillo Ferroviario de Antequera para experimentación de las locomotoras del futuro para muy alta velocidad. Sería injustificable abandonar el trazado aprobado del Corredor Mediterráneo para Andalucía en un tramo indispensable, en una zona de alta población que necesita servicios ferroviarios de calidad, para utilizar la obra en un fin para el que no está diseñado.

En definitiva, reivindico la ejecución inmediata de los Corredores Ferroviarios por Andalucía con la certeza de finalizarlos en 2020. Reivindico un acuerdo inmediato entre las administraciones afectadas por el AVE Bobadilla-Sevilla, para llegar a una solución viable y sensata. No cabe otra salida que hablar, negociar, sabiendo que el objetivo es, sin duda alguna, terminar los corredores en el menor tiempo posible por el bien de Andalucía y España.

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