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José De Mier Guerra /

La Aljofifa y el serrín

Todavía recuerdo cuando existían habitaciones de muchas viviendas que tenían solería de ladrillo cocido, la limpieza de aquellos suelos supondría un auténtico calvario para las mujeres de entonces. Por supuesto el tenerlos limpios, por razones de higiene, significaba el tener que fregarlos de rodillas con la aljofifa, con mucha asiduidad. Para limpiar estos tipos de suelo, una vez humedecidos, era necesario darle con estropajo y arena, incluso a veces con jabón verde. Los estropajos eran de esparto machacado que se distribuían y vendían, en las tiendas de comestibles (ultramarinos), enrollados en un sencillo envoltorio de papel, también se obtenía comprando un trozo de soga de esparto, (de cuarto de metro) y se iba deshaciendo, deshilachando, hasta obtener una buena maraña de esparto que servía de estropajo. La arena debía de ser muy fina y era necesario que contuviera partículas de sílice que al frotar con agua y estropajo sirvieran de abrasivo al ladrillo. En muchas ocasiones fui por arena amarilla al cerro de Santa Ana, donde llenaba una taleguita con esa arenilla tan necesaria para la higiene de la casa, el talud de tierras, de la huerta de las fresas, en la carretera de la Barrosa, también presentaba muchas oquedades de las muchas veces que se habían obtenido arena amarilla para su higiénico uso.

A partir de los años 50 del siglo pasado se comenzó a popularizar la losa hidráulica, esta que tenía diferentes medidas,30, 40 ó 50 centímetros de lado, ya que casi siempre se hicieron cuadradas. Estas estaban compuestas por cemento y áridos teniendo unos dos centímetros de espesor y no necesitaban cocción sino tan solo prensado y secado posterior. La capa superior permitía utilizar diferentes colores de cemento y utilizar la imaginación con la creación de muy bellas y atractivas combinaciones de colores y dibujos, por lo que entonces se compusieron suelos muy elegantes y atractivos.

Ya este tipo de suelos facilitó un poco su limpieza, ya que no se podían utilizar abrasivos e incluso tenía que observar mucho cuidado con el uso de lejías y productos el polvo y líquidos (fregasuelos) que comenzaron a salir en el mercado, como el Vim. El gran problema de estas solerías era que se decoloraban con cierta rapidez y respondían mal a los ataques de estos productos. No obstante ya se empezaba a hablar mas bien que de "fregar los suelos" de "limpiar los suelos", a pesar de todo había que seguir utilizando la aljofifa. La solería de terrazo, que vino después, resistía más al uso por las personas y de estos nuevos limpiasuelos. Era la misma losa en la que los áridos tenían más resistencia a la abrasión, estos eran, sobretodo, pequeños trozos de mármol. En los locales públicos que solían tener suelos de baldosas hidráulicas, no se utilizaba la aljofifa para limpiar diariamente y solo necesitaban de una limpiadora que "limpiara de rodillas" una o dos veces a la semana. A diario se limpiaba con serrín humedecido, antes de barrer se esparcía por todo el suelo el "serrín" o "aserrín" y con la escoba se movía para que al llegar a todos los puntos del salón a limpiar, se fuera adhiriendo la suciedad a los granos del producto, se conseguía que con tan solo barrer con la escoba,"sin agacharse",el suelo quedara además de barrido, mas limpio.

Se recogía, este subproducto del corte y cepillado de la madera, de todas las carpinterías y luego en sacos se distribuía sobretodo entre los bares de la población. Muchos podemos recordar a"Juanete", con su carrito de dos ruedas repartiendo serrín por las tiendas y bares de Chiclana.

El extraordinario, por útil, invento de la fregona, acabó definitivamente con la necesidad de fregar los suelos de rodillas y con la aljofifa. La fregona, como la entendemos hoy, compuesta por un cubo de plástico, con escurridor del mismo material acoplado al cubo y un palo con mocho de hebras de algodón, es un invento de un español, Manuel Jalón, patentado y adaptado entre los años 1957 y 1964. En la actualidad se estarán usando unos siete millones de fregonas, continuamente en España.

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