ALICE Pyne es una chica inglesa de quince años que desde hace cuatro está luchando contra un cáncer terminal, llamado linfoma de Hodgkin. Les cuento esto porque desde hace un tiempo circulan por internet noticias sobre su vida: fotos, ilusiones, deseos…

Yo me voy a quedar con esto último, sus deseos. Ella sabe que le queda poco tiempo de vida, de hecho cumple los 16 años este mes de diciembre y, sin embargo, ya ha tenido su fiesta de cumpleaños, supongo que pensando en que cuando llegue la fecha señalada lo mismo ya no lo puede celebrar.

Si entran en su blog (http://alicepyne.blogspot.com) verán la lista de sus deseos, los que ya ha realizado y los que le quedan por hacer. Son deseos son tan diversos como, por ejemplo, nadar entre tiburones o viajar a Kenia (estos dos ya están realizados).

Pero, si me tengo que quedar con alguno, me quedo con el de conseguir a través de su blog que haya más donantes de médulas, algo totalmente fundamental para la curación de todos estos cánceres, ya que el que padece Alice es uno que ataca a las células blancas y es por eso por lo que lo tiene por todo el cuerpo. Ella sigue confiando en la solidaridad de los demás, a pesar de saber que por mucha respuesta que haya, en su caso ya no tiene remedio.

Cuando veo las fotos con su gorrito y siempre sonriendo, es cuando me doy cuenta de que nos solemos preocupar por pamplinas y por cosas que no son importantes. Que lo verdaderamente importante es tener salud y sentirnos queridos por los que están a nuestro alrededor. Todo lo demás se irá solucionando poco a poco, siempre que tengamos confianza en ello. Pero lo peor de todo esto es saber que el final de su vida está cada vez más cerca, que por mucho que intente o intenten frenarlo, no tiene solución porque su enfermedad no tiene solución. Y le ha tocado a ella como podía haberle tocado a cualquier otra persona. Sus padres y su hermana pensarán que por qué a ella, pero esto es así. Probablemente su muerte no será una muerte más. Será una muerte llorada por muchas personas que no la conocen pero que comparten su angustia, su dolor, sus deseos y sus ilusiones.

Gracias por leerme.

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