Los cinco sentidos

Juan / Antonio / Micó

Aduana y Medicina

EMPEZAR el nuevo año con envidia no es bueno. No creo en eso de la envidia sana, envidia es envidia y no es una buena forma de conducirse en la vida. Pero en el interior de cada uno, la envidia ayuda al menos a luchar por conseguir lo que otro tiene o ser lo que otro es. El año acabó y empezó con un rico debate ciudadano sobre la idoneidad o no de derrumbar el edificio de Aduana. No recuerdo un debate similar en todos mis años de gaditano. Ha sido (y continúa siendo) un debate fresco en ideas y cualquiera que sea la decisión que se tome es muy bueno haber sido foco de discusión ciudadana. A mí, la envidia con el debate del edificio Aduana me viene en relación con el poco, escaso o casi nulo debate que está produciendo entre los gaditanos el cambio de ubicación de la Facultad de Medicina. Me gustaría abrir cada mañana el Diario y encontrarme con posiciones a favor o en contra del traslado o ubicación. Se imagina alguien la misma situación en otras ciudades universitarias como Santiago de Compostela o Granada. Es lamentable el poco debate que suscita un acto de tanta importancia para la ciudad de Cádiz. Y es que muy a pesar de los que trabajamos en la Facultad de Medicina, esto le importa bien poco a los gaditanos. Ya desapareció sin debate previo la antigua Facultad y se hizo en su lugar un engendro de edificio, hoy asombrosamente inadecuado para la docencia y la investigación. Ni siquiera el Servicio Andaluz de Salud se toma interés. Al SAS solo le preocupan los estudiantes de medicina cuando son médicos y sin apurar mucho. Es de ignorantes pensar que un hospital puede ser del siglo XXI sin una Facultad de Medicina a su lado. Los mejores hospitales del mundo son aquellos que son sustentados por una Facultad de Medicina. Tal vez, los que ahora estamos en esta histórica Facultad no damos la talla para trabajar en una Facultad-Hospital u Hospital-Facultad, pero tampoco vamos a mejorar mucho si seguimos así. En medicina, lo más importante son los pacientes y luego las personas que los tratan, es decir, los estudiantes de medicina, luego futuros médicos. Cuanto más tiempo estén en contacto el uno con el otro, mejor para todos. Y que siga el debate.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios