HOY les traigo dos noticias, una buena y otra mala. La buena es que ha dimitido un político. La mala es que no ha sido en España. Ya era mucho pedir. El que ha dado la 'espantá' es un primer ministro, ni más ni menos. Y no crean que dirigía una república báltica de esas que ni vienen en los mapas. Ha dimitido, agárrense, el primer ministro de un país de los gordos, gordos: Japón. Su nombre, Don Yukio Hatoyama (lo de Don se lo merece). Deja su despacho (Yokito Mifoto) porque ha caído en picado su popularidad. De un 70 a un 17 por ciento, según las encuestas. Mientras, en España, el verbo dimisión ha sido borrado con 'type' de los diccionarios Sopena. Ni el hecho de verse imputados empuja a algunos a dejar el sillón de cuero. No estaría de más que importásemos de Japón, además de las consolas Nintendo, esa buena costumbre de marcharse con un mínimo de dignidad.