Que viene el lobo

Si la salvación se cifra en 40 puntos, bien haría el Cádiz en asegurarse 19 ante el Mallorca

No hay manera. Ni pescando en un río tan revuelto como el Sánchez-Pizjuán es capaz del Cádiz, no ya de ganar, sino de lograr algo positivo. Cuando todo parecía abocado al empate surgen esas manitas, de las que hay que echar al cocido, penalti que te crió y de vuelta a casa con la cara de tonto que se te queda después de perder un partido así. Uno más. Y cada vez quedan menos. Hoy se llega al ecuador de la competición y, si el objetivo de la salvación se cifra en 40 puntos, bien haría el Cádiz en asegurarse al menos 19 ante el Mallorca. De lo contrario, habría que recuperar esos puntos en la segunda vuelta y ni las cifras ni las sensaciones invitan al optimismo. Y es que al Cádiz solo lo está salvando esta temporada el hecho de que hay bastantes equipos que también andan empeñados en complicarse la existencia en Primera División. Porque, haciendo una temporada tan pobre como la que está haciendo el equipo de Sergio González, el Cádiz anda a solo tres puntos del decimocuarto puesto. Un puesto, por cierto, que pudo haber rozado de haberle ganado al Elche, cosa de la que tampoco se fue capaz, por una mezcla entre incapacidad de los jugadores y una incapacidad aun mayor de los árbitros y los del VAR. Por cierto, una semana han durado en la nevera los responsables del desaguisado. ¡Oh, que tremenda dureza la del castigo ante un error de tal magnitud! Que traducido resulta: Un mojón pa nosotros. Como ven, quejarse está muy bien, y patalear ante lo injusto, pero creo que con eso (salvo sorpresa mayúscula) nadie nos va a devolver los puntos. Y como nadie nos los va a devolver serie bueno en ir pensando en ganarlos en el terreno de juego, sea como sea. Andamos muy confiados en que las distancias con los perseguidores son muy cortas, y es cierto, pero esto puede cambiar en dos o tres de jornadas, con resultados adversos de nosotros y buenos para los demás, y ahí es cuando se puede abrir una brecha de 6 o 7 puntos con los puestos de salvación que nos puede ser imposibles de remontar, si se sigue a este ritmo y con esta imagen. Veremos a ver si las nuevas incorporaciones son suficientes para cambiar el rumbo, porque si no se puede sufrir más de lo habitual (que ya es decir). Porque si el Cádiz no se pone serio de aquí a nada, empezando por hoy mismo, la que se va a poner seria es la clasificación, y con esa no caben ni excusas ni lamentaciones.

Se están perdiendo oportunidades de oro y eso puede pagarse muy, muy caro al término de la temporada. Sigo pensando que es más una cuestión de tener la cabeza amueblada y la sangre fría en determinados momentos de los partidos que una cuestión de calidad de la plantilla, que siempre es mejorable, por supuesto. Este Cádiz, con sus carencias y virtudes, ha tenido momentos de buen fútbol. Y si se tienen es que se sabe hacer. El por qué desaparecen esos momentos de un plis plas es otro debate en el que podríamos estar horas discutiendo. Queridos míos, que no es ningún farol: que viene el lobo. No podemos fallar más. ¿O sí?

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