La realidad te pone en tu sitio, lo he comprobado una vez más esta semana. Es como si te diera un puñetazo en la nariz. Pensé que mucha gente se subiría por las paredes después de saberse que la Hacienda municipal se va a ver obligada a abonar dos millones de euros (¡!) al propietario del Tanatorio de San Fernando por los perjuicios y daños ocasionados por unas decisiones políticas de un gobierno andalucista, ¿o fueron administrativas? No he visto concentraciones en las puertas del Ayuntamiento ni en las de la sede del antiguo partido andalucista. Ni protestas de ningún tipo en ningún lugar. Los cañaíllas se han tragado el sapo y han seguido para adelante. Hasta la próxima. En un mes en donde se han pagado los impuestos al Estado, la Diputación, el Ayuntamiento y al Lucero del Alba, nuestra administración más cercana se ve obligada, por sentencia judicial, a sacar de los bolsillos de los ciudadanos dos millones de euros que sumar, nunca se olvide, a los más de siete millones que volaron de la Caja Municipal. Casi diez millones de euros de una ciudad que necesitaría cien millones, por lo menos, para ponerse al día, para modernizarse, embellecerse y crear las condiciones necesarias para que haya actividad económica, disminuya el desempleo y se restituya parte de todo lo perdido como ciudad, en fábricas, en infraestructuras, en vida económica. Pero nada, la gente a las seis en sus casas, a defenderse del covid-19 y a llorar por lo pasado y lo venidero. Sobre todo, si se cumplen los temores del teniente de alcaldesa Conrado Rodríguez, que ve en el horizonte más daños y más perjuicios a otros, que los tribunales acabarán sentenciando en firme otras cantidades abultadas que el gobierno municipal que esté cuando ello suceda, se verá obligado a abonar a los dañados y a los perjudicados. Del tiempo andalucista, parece ser. Pero nada, no pasa nada. Todos en casita, calentitos, esperando que pase el demonio del virus que nos está matando. Definitivamente debemos ser así, o pensamos que para qué, que no va a servir de nada enfadarse siquiera. El que paga, descansa. Sin otra responsabilidad, sin otros responsables. Como mucho que algunos no los vuelvan a votar, a los que formaron el gobierno que gobernaba cuando se estaba dañando y perjudicando legalmente al dueño del Tanatorio de San Fernando. O a otros que no sabemos, pero ellos sí, y Conrado Rodríguez, y se frotan las manos esperando que, pues si al del Tanatorio le dieron, a ellos le darán también.

En serio, ¿esto es normal? Nos enteramos el último día del pufo que dejaron los aliados, nos dicen que vendrán más sentencias que nos condenan a pagar sumas elevadas de nuestros impuestos… Y nosotros aquí, guardados y encerrados.

En serio, ¿es esto normal?

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