Hay seguros seguros, pero hay también seguros que no son seguros. Te compras un coche, tienes una casa y un local de negocio…. Quieres además gozar de tranquilidad pensando, que en alguna ocasión sufres un accidente o surja un incendio fortuito. Quieres seguridad y tras muchos titubeos y consultas te haces un seguro. ¡A dormir tranquilo! Pues no señor, no puedes dormir tranquilo, porque la cosa no es tan fácil como parece. Tú buscas seguridad y el seguro es un negocio y como tal quiere tener rentabilidad. Por supuesto que hay muchos seguros, quizás el más importante sea el seguro de enfermedad, porque nunca estás libre de una enfermedad de menos o mayor cuantía. Y a este respecto hay que decir y afirmar que en España, gracias a Dios, tenemos un buen seguro de enfermedad, a pesar de que, como en todo, pueda en algún momento tener un fallo.

Respecto a otros seguros hay mucho de qué hablar, porque si te crees que todo está resuelto, te equivocas. Hay que amarrar bien el contrato. Tres ejemplos. Vas en caravana y el coche que va delante hace una maniobra violenta o frena de pronto y tú detrás le das un golpe… Pues paga tú porque no llevas la distancia precisa. Otro caso, tienes asegurado coches, casa y comercio…. das dos partes de rozamientos de tu coche y el seguro te da de baja por las buenas del seguro del coche y se queda con los otros, porque son rentables y el primero no. El vecino de al lado tiene un siniestro y de resultas un grifo vierte agua a tu casa. Llamas por un fontanero, protestas y al fin un perito viene, a la semana. Por lo visto el dictamen del perito es definitorio y tú no tienes arte ni parte.

Seguro de vida, de viaje, de estudios, de cosecha, de accidente… Siempre quieres estar asegurado, pero eso no es posible. Para algunos/as ni siquiera en el amor, que dice alguna vez que es eterno y puede caer cuando menos te lo esperas. Hay quien dice que solo hay dos cosas seguras, que no hay que pedirlas, que vienen solas. Son la lluvia y la muerte. En esto como en todo, hay para todos los gustos, seguros buenos y seguros no tan buenos. No se puede culpar a la generalidad, pero debería existir un alguien u organismo que pusiera coto o sensatez en esta materia y no dejar al ciudadano a merced de los intereses de una entidad, la que sea

P/D:Para amenizar el artículo cuento dos sucesos. Uno se borró del Seguro Ocaso, alegando "que como no se moría, para qué quiero yo el seguro". Otro dijo al agente del Ocaso que le bajara el precio y después de mucho regatear le bajó la cuota diciéndole que solalemente le cubriría las plañideras cuando se muriera. Y como aun le pidió bajar mas, le replicó "mira lo único que puedo hacer es que en vez de varias plañideras, vaya solo fulanita que es tuerta y solo llorará con un ojo."

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