El parqué
Continúan los máximos
Van quedando pocos que visitaran el antiguo fuerte de los carabineros, menos aun que hubieran dormido bajo sus techos, y aún menos que hubieran servido en aquel recinto. Sin embargo, muchos son los que se acuerdan de la muralla, cada día en peor estado, parte de aquel baluarte defensivo de finales del XVIII. Al parecer, el paseo que une la Calita con la Muralla, ahora quiere ponerse en valor, remodelar la zona, y la gran pregunta sería si dentro de ese plan está adecenar el antiguo recinto, que por simple dejadez ha terminado colapsando a merced de los elementos.
Ese emblemático lugar, que ofrece unas vistas ya poco belicosas, pero que son un balcón a la Bahía, parece que a nadie interesa. Cualquier otra ciudad hace mucho que hubiera hecho lo posible por integrarlo en el paseo, por darle una utilidad, y, sobre todo, por evitar que terminara, pues ya lo está, hecho pedazos. Unos, de forma intencionada, por joder a quienes moran en las lindes, a los cuales critican, pero que, en el fondo, si les tocara la lotería, terminarían viviendo allí. Otros, por mera dejadez, pues siendo votantes potenciales, apenas tienen que ganarse su estima.
Quizás las personas más interesadas, las que viven, dejan vivir, y les apetece disfrutar de una ciudad, por la que pasean, viviéndola y cuidándola, sí están interesadas en la recuperación de ese entorno privilegiado, y del que todos podemos disfrutar. Y por ser positivos, la limpieza de la zona no sería una gran inversión, la reconstrucción de alguna de sus zonas sería lo ideal, y el dotarlo de infraestructura para destinos culturales ya sería un sueño lejano.
Sin embargo, y aquí todos pecan, nadie nunca, nadie de los que ha pasado por este Ayuntamiento se ha dignado ni siquiera a quitarles la maleza. El problema es que a veces, muchas veces, más de cuatro veces, el degaste intelectual se demuestra insultando, boicoteando, poniendo trabas, criticando, sacando las mierdas, por insignificantes que sean, con tal de echar a uno para meter a otro iluminado que haga lo mismo que el anterior, quizás ahora, con gente a la que poco le importan las caceroladas de la cocina de la Señorita Pepis, se tire a la piscina y haga algo por aquel viejo Castillo, porque si no se actúa, estoy convencido de que ni cuatro piedras van a quedar en pie.
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