Sangre Amarilla Portuense

Imagínense la cara de aquel Fenicio que plantó aquella primera vid para la posterior elaboración de vino en Doña Blanca en el siglo VIII a.c.,como bien describe Diego Ruiz Mata en sus numerosas publicaciones.

Imagínense la cara de la Diosa Griega de la Primavera, Perséfone, viendo como la paleta de colores amplía su gama en estas fechas.

Imagínense la cara ambos, cuando en este rincón de la Bahía Gaditana; una ciudad como El Puerto de Santa María, se dispone a disfrutar de la más grande de sus fiestas y que son entorno, al vino de aquel fenicio y a la alegría que de la citada Diosa.

Cuando vamos a la Feria, vamos abiertos a disfrutar de un evento social, de una ciudad efímera, donde las rancias costumbres y tradiciones se apoderan del interior de uno mismo.

En estos días, los portuenses debemos ser embajadores más si cabe, de nuestra ciudad. En estos días, se traslada al Real de Las Banderas todo el encanto de su gente, la belleza de nuestras playas, todo el color de las flores de los patios del Barrio Alto, la gastronomía de sus fogones, la vida, la alegría y las ganas, que nos da el sol de nuestra tierra.

Ya lo dijo el lunes el pregonero en la caseta Helo-Libo, que seamos grandes embajadores y que bebamos nuestros Finos, como hicieron nuestros mayores.

Que hasta los griegos del lugar ya hablaban de ese “puntito”, sí, de ese entusiasmo, de esa posesión divina, de ese parecer llevar un dios dentro, de ese estado de euforia. Que con esto no digo, que te pases de la raya; pero si te digo que te dejes cautivar, por el sabor de la sangre amarilla portuense.

Cuando abras una botella, piénsalo; que estás abriendo la esencia de El Puerto y su olor. La alegría de su gente, el sonido del Vapor, el romper de una ola en una piedra del espigón. El zumbido del levante, el fuerte calor del sol, una Gallosina en la Plaza y en el Cuvillo un gol. Un pasodoble Majara, el sonido de un llamador, unos tirabuzones al viento y Patrona en la Basílica Menor.

Sangre amarilla Portuense, de El Puerto su sabor.

Vino Fino de nuestra tierra, con el que en Feria, brindo yo.

Feliz Feria de Primavera y Fiestas del Vino Fino.