Manolo Morillo
La bandera como coartada
Pues mira tú, este año lo mismo me doy una vuelta por la Feria. No por los ruidosos y confinados cacharritos, allá lejos: ya no estoy en edad de caballitos ni norias y, por suerte o por desgracia, no tengo nietos a los que llevar a la par que libro a sus padres durante unas horas. Sería dar una vuelta por el Ferial en el Parque, así sin apellidos, porque los que nos asomamos ya a tres edades lo llamamos así, ni Almirante Laulhé ni de los Patos. Porque en nuestra memoria infantil, la única real, en aquellos tiempos no había otro. Era simplemente "el Parque", con el artículo determinado.
Hace tal cantidad de años que me resulta imposible calcular cuándo fue la última vez que pisamos la Feria. No se trata tanto de animadversión como de indiferencia, o quién sabe si falta de necesidad y exceso de extrañeza ante puestos de turrones en plena canícula. No practico tampoco el arte de reunirme con miles de personas; confieso que mi ideal de pandilla es mucho más reducido en número, y lo que sobrepase de unas decenas me parecen multitud inabarcable.
Pero quién sabe, a lo mejor encaminamos nuestros pasos unas horas a ese Parque al que se puede acudir andando, sin agobios de coche, pero en labores más bien de observadores, sin el agobio de encontrar una mesa o una barra en una caseta para que nos atiendan a diez o doce, sin la premura de dibujar con trazo torpe unas sevillanas sin compás, sabiendo que, libremente, podemos escapar del bullicio en cuanto nuestro ánimo poco feriante decaiga inevitablemente.
Y después, una vez vivida, contaremos la Feria según nos vaya en ella, tras haber contemplado la alegría más o menos sincera que invadirá a mucha gente por la música, las risas y las bebidas compartidas. Hay que admitir, eso sí, que La Isla es una ciudad avezada en esto de celebrar acontecimientos compartidos, y que la Feria ya no es el acontecimiento único en el calendario festivo, una vez que se ha decidido que el lugar en que vivimos sea un escenario continuo de eventos, que no dejan de ser todos al fin y al cabo ferias.
También te puede interesar