El Alambique
Jesús Andrades
Puchero de Pelotas
Comentar que nuestro Puerto contó con el puerto pesquero más importante del Sur de España no es nada nuevo. Que llegó a tener en los años sesenta más de doscientos barcos atracados en su ribera ya son datos más concretos. Y que esto fue fruto del hermanamiento de portuenses y calpinos es algo que nos debe honrar.
A mí, que me gusta mirar atrás, para saber y entender nuestras formas, me enorgullece que nuestra ciudad en su día diese cabida a tantas familias trabajadoras que venían de Calpe a ganarse un jornal, a trabajar.
De una de esas familias proviene mi sangre materna, pues mi madre es nieta de calpinos, de los Cabrera y de los Santana. Y digo yo que algo se tiene que heredar en el ser humano, para que, en determinadas fechas, se te vengan a la cabeza determinados sabores y olores.
Si mi madre es nieta, yo soy biznieto. Y doy gracias de haber disfrutado de mi bisabuela bastantes años. Curiosamente ella nacida en Calpe, tenía el destino asegurado en El Puerto al llamarse como nuestra Patrona Milagros; como digo yo, las cosas de la Virgen.
Pues bien, llegan estas fechas, cierro los ojos y me acuerdo perfectamente de ese olor a ese puchero tan característico, al puchero de pelotas.
Característico valenciano y que ponía olor a las navidades. Ya fuese el 25 de diciembre o el 1 de enero, siempre se guisó. Y no como se guisa ahora. Era un guiso de muchas horas, tanto de preparación como de cocción, era un ritual, era una ceremonia, era una obra de arte en una cazuela de hierro fundido. Era la sencillez, pero vestida de gala para un día grande, para un día familiar.
Hoy que nos empeñamos en nuevas recetas, en innovar en la mesa para ser diferentes y sorprender,creo que es hora de echar mano de la tradición, de mirar hacia atrás, de saber de dónde venimos y hacer homenaje a quienes con tan poco, nos dieron tanto.
Que lleguen unas fechas y se te venga el sabor y el olor de un plato que hace veintiocho años que no comes de las manos de quien lo hacía es algo que pocas personas seremos capaces de hacer con nuestros descendientes hoy en día.
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