Análisis

Paco Carrillo

El pasado, esa amenaza

Posverdad es la fórmula retorcida para hacer digerible la mentira

Dicho sin ambages: ¿Hasta cuándo el pasado va a seguir siendo una amenaza?, o mejor, ¿por qué seguimos siendo culpables después de que hayan pasado ochenta años? No digamos nada de los que vieron la primera luz en los albores de la 'democracia', o esa cosa nacida para alcanzar un futuro libre, al margen de las facturas y las venganzas pendientes de la jauría que solo aspiran a ejercer el Poder sin que nadie lo discuta, dictaduras al fin, sea por indocumentadas mayorías absolutas, bien por coaliciones suicidas.

Cuando se llega a una edad donde, en la práctica, uno no se sorprende de nada, aún quedan individuos que se empeñan en seguir afirmando ex-cátedra en la existencia de los buenos y los malos; en la honestidad de los 'suyos' y en la maldad de los de enfrente, como si los suyos fueran arcangélicos y los otros diablos a los que hay que exterminar. Lo primero es una gilipollez, lo segundo es un drama estúpido que obligan a que sea admitido por los que ni siquiera habían nacido y demuestran que todo aquello les importa un carajo.

Imagino el sufrimiento que padecieron los que durante la Oprobiosa crecieron, trabajaron, se sacrificaron para llegar a lo más alto en sus profesiones, los que desde sus orígenes más o menos humildes alcanzaron el entorchado civil de la Visa Oro y el reconocimiento más allá de sus entornos próximos gracias a su tesón y a su carné.

Vivir en esa contradicción ha tenido que ser durísimo para esta plebe de jueces, pregoneros de posverdades que, ya sabe, son esas mentiras emotivas que describen con distorsión deliberada la realidad, con el fin de influir en las actitudes sociales de los indocumentados para someterlas a creencias e intereses personales. Abreviando: Posverdad es la fórmula retorcida para hacer digerible la mentira. Ya veremos en qué queda esa futura Comisión de la Verdad, posverdad con distinta careta. Permítaseme una sonrisa escéptica, si esta novísima comisión de genios no logran demostrar que las inquietudes de los de la casta solo está movida por sus afanes espirituales y materiales para que se alcance el bien común y no para hacerse con el Poder aunque sea pisoteando la libertad y el respeto que todos a pesar de que dudemos de los dogmas oportunistas.

Si con razón se dice que pobres los pueblos que están regidos por héroes con fecha de caducidad, peor es serlo por mediocres. Del primer caso está la Historia llena y todos terminaron perdiendo, en el segundo es segura la derrota porque los mediocres solo son capaces de aspirar a impunidades, llámense ERE, tarjetas Black, explotación a los ciudadanos, grupúsculos para la extorsión, navajeo subterráneo, traiciones al peso y amistades en almoneda, es lo que se ve día a día. ¿No se tiene suficiente con este bochornoso espectáculo?

¿Entonces para que hay que seguir recurriendo a los pasados? Todos debieran estar enterrados porque ya es grave que el de ayer mismo, pasado al fin, siga siendo una amenaza.

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