El parqué
Continúan los máximos
Quizás sea casualidad, o simplemente la conjunción de los astros, pero poco a poco vemos como algunas cosas comienzan a funcionar de manera más clara. Las reformas se van sucediendo, el Hospital de San Juan de Dios va tomando forma, y, al parecer, no serán nuestros nietos los que lo vean nuevamente abierto. Eso sí, me pregunto cuál será su futuro, y si al final, alguien saldrá ganando, o solo la ciudad.
Por otro lado, y al hilo de esto, en lo que fue, o es, la plaza de la Pescadería parece que se situaba una fuente, ahora escondida en el Parque Calderón. Por suerte la misma no acabó en la escombrera o en casa de algún antiguo munícipe, y se reubicó en el parque, algo que deberíamos elogiar, ahora que la plaza de la Pescadería vuelve a recuperarse, el debate está servido.
Recuperar la fuente en su antigua ubicación, o crear un nuevo espacio, sin tener que desmontarla, con sus consiguientes riesgos, de su actual emplazamiento. La retirada fue por necesidad, ante la desaparición del espacio, y ahora que se recupera qué es lo mejor para el entorno y su antigua fuente.
Vivimos en una ciudad ahogada en su propio debate interno, nada es correcto, todo nos parece mal, todo es inútil, y en caso de aceptarse la idea de devolverla a su lugar original dará mas que un comentario. Desde los que parece que tienen quinientos años y se acuerdan de todo, hasta los ignorantes que de todo saben. Se haga lo que se haga, supongo que será para bien, y seguro que será objeto de crítica, en base a lo cual, me quedo con el hecho de recuperar un espacio que al menos podremos disfrutar, y que disfrutaríamos aun más si todo el entorno fuera remozado, empezando por el Vapor, al cual, ya pocas cuadernas quedan.
A veces lo miro y pienso en su estado; a mí no me molesta su presencia, me apena, y me pregunto cómo aún no ha sido pasto de las llamas por parte de algún desalmado, cómo es posible que aún los bomberos no hayan tenido que ir a rescatar a alguien de entre sus maderas, sobre todo a jóvenes y curiosos que se suben a él.
En fin, para algunos apenas se hace nada, para otros, se progresa, no como se debiera, y, para unos pocos, se hace mucho más que en otros tiempos. Ojalá estas iniciativas se vean como algo necesario, ajeno a la política, y que al fin y al cabo, tienen un claro ganador, la ciudad, que de momento, de colores y partidos, entiende poco.
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