La Natividad de Calleja

23 de diciembre 2025 - 07:00

Se supone que la Navidad celebra el nacimiento de Jesús. No se sabe en realidad cuando nació, pero el Papa Julio I impuso en el siglo IV la fecha del 25 de diciembre, incorporando las tradiciones paganas del solsticio de invierno. En España la Navidad ha estado ligada desde hace siglos a los belenes y a los Reyes Magos, que ni eran reyes ni se sabe cuántos eran. Para los que no somos creyentes, la Navidad es una fiesta familiar, la oportunidad, a veces la única del año, de encontrarnos.

Pero los intereses comerciales y políticos se están imponiendo sobre su sentido religioso. La publicidad es aplastante y abusiva. Se decoran las calles y comercios no para celebrar el supuesto nacimiento de Jesús, sino para vender más. Si Jesús volviera y viera esta vorágine económica, echaría a latigazos a los comerciantes y a sus adláteres políticos.

La Navidad se ha convertido también en un escaparate para la publicidad y promoción de los políticos; ahí está Abel Caballero. En una carrera alocada, compiten por tener más luces y más espectáculos; todo con dinero público. Hay ayuntamientos que se gastan más en fiestas que en educación, mantenimiento de calles y jardines o asuntos sociales.

En El Puerto, el concejal de Fiestas ha hecho de la Navidad su particular campo de promoción personal. Se ha inventado multitud de personajes, una corte que nada tiene que ver con la Navidad, para promocionarse en los medios de comunicación y en sus redes sociales. El Ayuntamiento difunde más fotos de Calleja que de noticias religiosas. Así tiene cargos para repartir entre sus amigos y amigas, normalmente comerciantes, para provecho propio. Intereses económicos personales y de su inmenso ego se superponen al sentido religioso y familiar de la Navidad. No se entiende que el Ayuntamiento monopolice las fiestas de Navidad, que se supone deberían organizar la Iglesias cristianas con sus medios, y que permiten esta desmesura.

Tenemos, además de los Reyes Magos, la Estrella de Navidad, el Cartero Real, el Gran Visir, Papá Noel, y ahora, además, las reinas de las Nieves, Egipto y la India, La Bella y La Bestia y niños ayudantes de Navidad. Todos elegidos por Calleja. ¡Y siete cabalgatas! Todo con una parafernalia teatrera a mayor gloria de “Calleja Fiesta”, y con nuestro dinero.

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