¿La Liga española es la mejor del mundo?

30 de noviembre 2025 - 03:09

Estainterrogación suele estar en boca de gran parte del periodismo deportivo español. O en la estilográfica si la hubiere. Decía un nefasto personaje de la Historia de nuestra querida Europa que una mentira o falsedad se convierte en verdad si la repites un millón de veces. Desgraciadamente eso es axiomático. Va a Misa. Está claro observando los resultados de la brutal Champions que, o es fútbol-amor o es simplemente una falacia. Digo brutal por excelente, pues no es dudoso que sea el torneo de fútbol más importante del planeta. Y más divertido. Y más cruel.

Vayamos a la mesa de disección. El Barça, que apenas tiene nada que ver con el de la pasada temporada, recibe tres puyazos en Bélgica y otros tres en Chelsea. Salvó un puntito en la patria de Balduino y Fabiola porque no ha olvidado meter goles; pero la defensa es un dislate. En parte porque los competidores estudian vídeos y le van cogiendo el tranquillo a eso del fuera de juego, y, en gran medida porque no aprieta arriba como lo hacían hace sólo unos meses. Y sin ese plus los contrarios tienen tiempo para de un pelotazo crear, al menos, un vicegol, como escribía Wenceslao Fernández Flores. Vicegol que muchas veces perdía el atinado sufijo. Gol. Y en otras ocasiones porque Araújo es una calcomanía del excelente central que era. ¿Por qué? Dios sabrá el porqué. Lejos resultan aquellos partidazos en los que anulaba al hábil y veloz Vinicio cuando Javier Hernández decidía sacarlo del centro y lo situaba junto a la línea. Ahora tiene dos condecoraciones: la patada sin sentido sobre Cucurella que deja a su equipo en el barrio londinense con diez hombres y haber “permitido” que el Inter del Milanesado introdujera dos bolas en los tres minutos terminales. Final de Champions evaporada.

Volvamos a la mesa de disección. Los blancos. La crítica aquí es menos acerba, porque el Real tapa todos los defectos gracias a un tío que mete tres goles en pocos minutos. Con uno a cuatro todo revelaba que los tres puntos estaban en la buchaca; pero hasta el rabo todo es toro, que afirman los castizos, y el Olimpiacós puso el tres en su casillero. Tiemblan las canillas. Algún madriti se tira al suelo para disipar los minutos finales, mientras el entrenador español de los griegos chilla al trencilla ensordecedoramente. Partido salvado. Pero ni Barça ni Real pueden permitir que les metan tantos goles. Algo falla.

El Aleti madrileño, digamos que fue el mejor, pues ganó al Inter, un rival con una defensa leonina y semi impenetrable. Eso sí, en el descuento y a balón parado con brutal cabezazo del tosco Jiménez. Pero, vamos, bien o muy bien los de Neptuno. Pocos le meten dos chicharitos a estos italianos. Bueno, el París en final excepcional les embutió cinco.

En cuanto a los bilbaínos, van tristemente deambulando por los escasos minutos que todavía les queda antes de apearse en la Segunda Aguada. Existe un enorme escalón entre los tres anteriores y el del Bocho, cuya plantilla escasamente les da para un cuarto puesto en una liga que no es la mejor de Europa. Ojalá lo fuese.

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