Si algún rasgo distintivo tiene el festival Alcances (ahora llamado Festival de Cine Documental, para ésta que escribe, siempre Muestra Cinematográfica del Atlántico) es su calidez basamentada no en los destellos (que alumbran pero no calientan) de una alfombra roja sino en la concentración de nuevos y viejos conocidos en una sala, ya sea de los Multicines El Centro, del Centro cultural del Palillero o del ECCO. Alcances se distingue porque es un festival para estar, para convivir. Un lugar de encuentro, no de paso, para público y creadores. Y aunque se entiende que las especiales circunstancias de una edición en pandemia han impedido que Alcances sea el Alcances de siempre, esperemos que la 52 edición se convierta en un paréntesis en el tiempo, una anécdota, y que el futuro del festival (en constante proceso de reflexión) no ignore la presencialidad, el cuerpo a cuerpo. Que te queremos cerca, Alcances, no de lejos.

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