Náufrago en la isla

Manolo Fossati

Ladrones de flores

29 de diciembre 2025 - 03:03

La sorpresa fue agradable. En macetones junto al Ayuntamiento lucían unas extrañas y llamativas flores con un color que variaba desde el rosa hasta el violeta, con casi todas las gamas del rojo. Parecían coles coloridas, valga la aliteración eufónica, y, encomendándome a San Google, averigué que efectivamente eran coles rizadas ornamentales, llamativas y placenteras a la vista. Pero rápidamente, a la alegría visual siguió la decepción cívica. Junto a algunos ejemplares que permanecían en los macetones aparecían otros huecos en la tierra con señales evidentes de que alguien había arrancado las plantas. Mirando bien, los huecos superaban en número a los ejemplares de col rizada. Al momento encontré el sentido a la frase que dice que aconseja no dar margaritas a los cerdos, que como todos saben, o deberían saber, es como regalar cosas valiosas a quienes no saben apreciarlas. Aunque en este caso la alusión a las margaritas y a los cerdos se me hizo más explícita.

Digamos que cualquier ciudad está más bonita con flores, y que arrancarlas por diversión o por llevárselas a casa es lo contrario, es decir afear la ciudad. Es muy posible que quienes han ejercido de vándalos no sepan siquiera cómo cuidar de esta planta y que tampoco les importe mucho, pero a lo mejor, en su imbecilidad, están contentos con haber conseguido una maceta gratis. Es muy probable también que no se consideren ladrones y, atendiendo a sus cortas entendederas, abominen de, por ejemplo, los carteristas, mucho más finos en este arte de apropiarse de lo ajeno.

A uno, que va militantemente de antiguo y últimamente de viejo cascarrabias, le produjo una gran decepción la constatación del bajo civismo de mucha gente de su pueblo, el mismo en el que en muchos bares te dicen que no ponen papel higiénico en los servicios, o flores de plástico en las mesas porque el público se las lleva. Como uno es también viajero por vocación y necesidad, el dolor es mayor al constatar que no en todos los lugares es lo mismo, que no tan lejos de aquí los ciudadanos declaran el amor a su pueblo a la vez que lo practican. Y que el amor se demuestra también en estas cosas. Claro que... vete a hablarles a los cerdos de amor.

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