Tiempo de pensar

28 de diciembre 2025 - 08:00

A veces surgen cosas inesperadas que nos retrasan los planes. Cosas inoportunas, que parecen querernos fastidiar lo previsto.

Ocurrió el 23 de diciembre. En pocas horas la casa estaría llena.

Me había levantado porque no podía dormir y buscaba una infusión cuando me encontré unos charquitos de agua que salían del frigorífico… Al abrirlo, los alimentos flotaban. El reloj de la cocina marcaba las cuatro de la madrugada.

En ese momento acudieron a mi memoria frases abueleras, de las que no puedo deshacerme. Las que nos contaban de niña: mujer precavida vale por dos. Paré un minuto. Limpié el suelo. Con la infusión hirviendo fui colocando todo sobre el fregadero y como tenía claro que no iba a tirar nada, me puse el delantal y la radio. Eran compras hechas para vivir estos días sin prisas. Las reservas de alimentos pensadas para cuando la familia se reuniera. Y por un instante te preguntas que para qué tanto esfuerzo si al final ves las carnes que parecen flotar como vengándose de nuestras histerias acumuladoras y los pescados ablandándose…

¿Cómo quejarme? Lo primero que pensé es que en algunos lugares del mundo nunca pasaría eso. Primero porque no tendrían reserva de alimentos y después, porque no dispondrían de luz. Así que no podía enfadarme por ese imprevisto. Se puede vivir sin congelador. Al día siguiente trataría de buscar quien me lo arreglara o de reponerlo. ¿Cuánto tiempo tenía? Esa madrugada empané y freí trozos de distintos pescados, puse un puchero sin verduras, una berza y un trozo de carne prevista para cuando estuviésemos todos.

Y entretanto, el mismo pensamiento acudía una y otra vez: ¡Qué suerte tenemos por poder organizar encuentros para la familia, aunque tengas que apretarte en la mesa! ¿Qué es la Navidad sino el deseo del encuentro, o la sorpresa de ver que el mayor de los nietos está más alto que nosotros? ¿Qué es la Navidad sin los villancicos de siempre? ¿Qué, sin un Portal que nos recuerde que se puede nacer en un pesebre y vivir sin excedernos en tonterías consumistas y con la prioridad de declarar la guerra al hambre?

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