El Alambique
Rafael Morro
Lo que la verdad esconde
-Muy buenas guapísima; otro año más vengo a disfrutar plenamente de ti. Quedé prendado de tus formas, me hechizaste en tus noches más febriles y aún sabiendo que a todos les das lo mismo que a mí, hoy quiero que seas mía.
Hoy quiero que seas mía y realmente lo serás. Vengo con mi billetera llena, dispuesto a que pidas por esa boca. ¿Cuánto cuesta pasar una tarde-noche contigo?
Llevo un año deseando disfrutarte, llevo un año intentando recordar tu perfume y hoy que te tengo frente a frente; yo no sé tú, pero yo al menos voy a aprovecharme de tu presencia.
Porque con dinero todo se puede, o quizás así pensamos los que por una o varias noches nos hacemos dueños de tu piel. Los que como fulana te consideramos y te damos el trato que tu misma eres capaz de soportar.
Te tratamos como tú nos dejas que te tratemos. Porque eres tú la que año tras año nos vuelves a recibir con todos tus encantos y dejas que abusemos plenamente de ti.
Si es que al final sales hasta barata; lo tienes todo. Saber que llego y estarás para mí, saber que no me pondrás límites en nada.
Yo me río de los que durante los otros diez meses del año te cortejan, te dicen piropos y te hacen señora; para que luego yo llegue en julio y te trate como lo que me dicen que eres. Musa del desmadre y del disfrute sin medida.
-Así imagino que pensarán, no todos, pero muchos de los jóvenes que vienen a pasar unos días a nuestra ciudad. Así pensarán los que maltratan sorbo a sorbo nuestras calles. Los que desmaquillan los coloretes que se pone nuestro Puerto de cara a recibirlos.
Pobre de nuestra ciudad, que tiene los brazos abiertos para todos, pero hay quien la trata tan mal. Pobre de nuestra ciudad que se enamora de todo aquel que viene y como le pasa a los enamoradizos que se entregan plenamente, no se da a valer.
Tú, que eres Puerta de las Indias, Cuna de Navegantes, Balcón de la Bahía, Refugio de Reyes y Poetas, Tesoro del Guadalete, Sueño Blanco de Salitre y de Dorados Vinos; tú, que eres el tesoro más preciado de aquel que realmente te quiere, no te dejes engañar por quien no sabe valorarte por lo que eres.
Aquí estaré siempre para ti.
También te puede interesar
El Alambique
Rafael Morro
Lo que la verdad esconde
El parqué
Continúan los máximos
Madríbarça II
El Alambique
J. García de Romeu
Cuentos de Navidad
Lo último