Fuera de Afuera

El Alambique

09 de mayo 2025 - 07:00

Dicen que El Puerto aspira a ser Gran Ciudad, y algo debe de haber… porque últimamente no paran de llegar refuerzos de fuera. La plantilla del Ayuntamiento ha cogido acento de La Frontera, y no hablo de la frontera de las luces, sino de la vecina ciudad del caballo, que últimamente parece la ETT oficial del consistorio portuense. Veo los nuevos nombramientos y me pregunto si aquí, en nuestro Puerto, solo exportamos talento… o si lo que de verdad exportamos es desconfianza en lo propio.

Porque mira que hay gente válida en El Puerto —formada, capaz y con ganas—, pero a la hora de fichar, el radar se dispara justo al otro lado de la Sierra de San Cristóbal.

Aquí seguimos pensando que lo mejor viene siempre de fuera. Lo nuestro, mientras tanto, lo miramos con sospecha. Si naces en El Puerto, parece que te pasas media vida pidiendo perdón por haberlo hecho. Ya casi hace falta un carné de “forastero acreditado” para conseguir eso de ser “profeta en tu tierra”.

Y así nos va: exportamos jóvenes brillantes que triunfan lejos y reciclamos el argumento de que “fuera están más preparados”. Eso sí, cuando llegan los foráneos, no falta quien les ofrezca la llave del cortijo, una palmadita en la espalda y la frase estrella: “Menos mal que habéis venido, porque aquí no hay nadie que valga”. Qué manera tan nuestra de darnos ánimos.

Lo curioso es que hay portuenses en puestos punteros por medio mundo, pero a la hora de confiar, parece que solo les avala el haber estado fuera. “Es como si, para que te tomaran en serio, primero tuvieras que mudarte… y volver con acento nuevo.”

Y aprovechando que hablamos de mudanzas, no olvidemos la gran paradoja: muchos portuenses se van a vivir “al otro lado” porque aquí la vivienda está por las nubes, y así ganan ese plus de confianza local: “¡Qué bien, vive en la ciudad vecina! Ahora sí te tomamos en serio.”

Al final, igual va a hacer falta fundar una Academia de Portuensismo para enseñar a ser de aquí… ¡pero desde fuera! En Jerez, un buen modelo para aprender que una gran ciudad no se construye solo con nombres importados, sino sobre el carácter de sus grandes ciudadanos, el orgullo local, la identidad propia y el respeto por los suyos.

stats