Cuánto se aprende leyendo las frases de algunas camisetas! Recientemente leí en una de ellas: "El fracaso no es una opción". Imagino el mensaje que esas palabras querían transmitir: la única opción válida es el éxito. Pues lo siento por quien piense así, porque irá de cráneo por la vida. Aunque nosotros no lo busquemos, el fracaso nos busca a nosotros y, normalmente, nos acaba encontrando. Y así tenemos que avanzar en la vida: entre logros y fracasos. Con otras palabras lo dice Caballero Bonald: "ganando tu verdad con tus errores".

No hay que ser masoquistas. Es bueno buscar, honestamente, el triunfo y el éxito, pero sabemos que lo normal es que nos encontremos con una mezcla de logros y fracasos. Por eso nos es tan necesario saber convivir con estos últimos, y no es fácil porque la sociedad castiga el fracaso y nos educa a temerlo y a evitarlo.

Salvo casos excepcionales, el sistema escolar, por ejemplo, premia el acertar con el resultado, sin prestar atención al trabajo realizado. "Hay demasiado énfasis en el éxito y en el fracaso y muy poco en cómo la persona progresa a través del esfuerzo", afirma Matt Biondi.

Y, sin embargo, ¡cuánto enseña la escuela del fracaso! Al final de su vida, decía Bolívar: "He aprendido mucho más en mis derrotas que en mis victorias".

Educar es acompañar a hijos y alumnos para que aprendan a fijarse objetivos -objetivos positivos para ellos y la sociedad- y se esfuercen en lograrlos.

Educar es plantearles desafíos e invitarles a atreverse a ir más allá de lo cómodo y de lo mediocre, a que se arriesguen, a que hagan algo nuevo con su vida, sin miedo al fracaso; al contrario, contando con él porque, como dice Séneca, "Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender".

Dicen que estos no son buenos tiempos para insistir en el esfuerzo, pero el que así piensa, se equivoca.

Einstein sigue teniendo razón cuando dice que "el único lugar donde el éxito viene antes que el trabajo es en el diccionario".