Una verdadera comedia

30 de octubre 2025 - 07:00

Hace cuestión de una semana, se abrían las taquillas para la compra de entradas sueltas de la temporada de otoño, en el Teatro Pedro Muñoz Seca.

Para los que solemos adquirir entradas para algún espectáculo, no es nada nuevo la expectación que se crea en torno a algunos de ellos y lo difícil que viene siendo poder conseguir entradas.

Siempre he sido de los que ha esperado a que abriese la tienda online, pero este año, por cambiar y por tener esa tarde algo de tiempo, decidí acudir a la mismísima taquilla a comprarlas.

Sin querer, asistí al primer espectáculo de la temporada y no hizo falta ni entrada. De seis a ocho de la tarde era el horario y algunos contaban que desde las tres de la misma estaban en cola. La mayoría, personas de la tercera edad.

Solo dos ventanillas, solo dos horas de atención (que luego se prolongaron, bajo mi criterio por ineficacia) y con la sorpresa para los presentes, de que solo se aceptaba el pago con tarjeta.

Aquello en un momento, pasó de la indignación de personas que estaban en cola y que no disponían de este método de pago (desconozco la legalidad de esta obligación), a rápidamente convertirse la cola, en una cadena de favores de yo te doy el dinero y tú me sacas y pagas las entradas.

Hasta ahí, pues mira, otra vez la buena vecindad soluciona el problema; pero de nuevo, otro problema. Los mismos que no te quieren cobrar en efectivo comentan que tienen problemas con los datafonos. La cola y la espera, se hacen interminables.

Dos horas completas de reloj en mi caso particular y me vine para casa sin entradas. Ya en casa y confiando en la compra online, me encuentro con otro problema. Puedo escoger las entradas, puedo efectuar el pago con mi banco; pero ¡tachán!, la plataforma deniega el pago reiteradamente.

Como soy muy insistente, al día siguiente vuelvo a la taquilla del Teatro. Evidentemente no había tanta gente, pero sí personas que, con los problemas del día anterior, le habían expedido entradas de espectáculos que no eran los que querían ir.

Pedí mis entradas, aunque para uno de los espectáculos ya no había; saqué mi tarjeta y volvió a dar problemas el datáfono, aunque ese día, a la tercera fue la vencida y finalmente pudimos adquirirlas.

Díganme, si esto no es una comedia.

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