"El gemido de la hermana tierra se une al gemido de los abandonados del mundo". Así de claro y contundente se expresa el Papa Francisco sobre esta suerte de sinsentidos que nos invaden a través de las redes sociales de 'amigos' que, de la noche a la mañana, se convierten en unos perfectos desconocidos cuando observas en sus comentarios racistas y xenófobos lo miserable que puede llegar a ser la condición humana.
En estos tiempos convulsos en los que vivimos, la capacidad de asombro te supera a cada segundo que pasa, sobre todo cuando oyes a una madre con hijos pequeños decir que a qué vienen esos de las lanchas por estas tierras. O como cuando un buen 'colega' con el que has vivido momentos irrepetibles se descuelga diciendo que traer un barco de inmigrantes atestado de sotavento a barlovento y de proa a popa con hombres y mujeres, con niños y niñas; o que sencillamente, restablecer el sistema de salud universal son medidas de un buenismo incontinente, al oírlo, se te caen literalmente los palos del sombrajo. El desconcierto te atrapa y llegas a dudar casi de todo, incluso de ti mismo.
Hace unos días pude comprobar personalmente cómo un grupo de inmigrantes quedaba a su suerte en nuestra ciudad, en El Puerto, en la 'Ciudad de los Cien Palacios' -casi derruidos- porque todo hay que decirlo; en la de 'El Puerto para los amigos'; en la 'Ciudad de Historia y Turismo' de la que muchos nos llenamos la boca pero en la que por lo que constato viven a mi alrededor paisanos que como bien refleja en uno de sus artículos Manuel Vicente Montoya mantienen aquello de "Primero los de aquí" y/o "Pues mételos en tu casa". Las dos frases de los racistas que dicen que no son racistas. Que a lo mejor tienen razón, y solo son malas personas.
No sé cuál ha podido ser el destino final de los emigrantes, inmigrantes o migrantes que deambulaban por los alrededores de la Avenida de Menesteo en días pasados, pero que tengan por seguro que en mi País, que en mi Comunidad y que en mi Ciudad no todos somos iguales porque muchos pensamos y sabemos que ninguna persona es ilegal.
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