En Andalucía se han cursado, para la presente temporada, más de ciento veinte mil fichas de jugadores de fútbol menores de edad. Una cantidad muy grande en comparación con las fichas emitidas en cualquier otro deporte, lo que pone de manifiesto la gran afición que hay por el fútbol.

Más de ciento veinte mil fichas que se reparten entre más de cinco mil clubes, lo que hace que pueda haber de quince a veinte mil personas trabajando directamente con estos menores, y que conforman los cuerpos técnicos de cada equipo y las que añada el club.

Desde hace poco se exige a estas personas que presenten un certificado del Ministerio de Justicia, acreditando que no consten en la base de datos del registro central de delincuentes sexuales. Sin este documento no se les cursa ficha. Una buena medida.

Ahora la Federación Andaluza de Fútbol da un paso más y pone en marcha un programa para la Protección y Bienestar del Menor. Bienestar en el sentido de aquello que precisan los futbolistas menores para practicar el fútbol, pero no en un sentido de materiales deportivos, sino en el más importante de garantizar un espacio en el que estén a salvo de daños, abusos, explotación, violencia, abandono…, tanto en los recintos deportivos como en sus entornos habituales. Y protección en el sentido de proteger a los menores que hayan sido identificados como en situación de riesgo de daño, abuso, explotación, violencia, negligencia, etc.

Un proyecto muy ambicioso que a la vez es original e innovador. Esperemos que entre en funcionamiento pronto y que sea eficaz. Los niños, las niñas, no es que tengan solo el derecho de ser felices, deberían tener la obligación de ser felices y la sociedad, en este caso a través de la Federación, garantizarlo.