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Pasar desapercibido, vivir en la seguridad de que nadie te conoce … Hay personas que necesitan de ese anonimato. Una de ellas, cuenta el historiador griego Epaminondas, es el escocés John Mac John. No es su nombre verdadero, claro, prefiere pasar desapercibido.

Epaminondas dice que a John le gustaba el fútbol y jugaba bien. Buscó la posición que, en la época en la que él jugaba, se podría pasar más desapercibido: juez de línea. Al tiempo llegó a la primera división de Escocia. Consiguió lo que quería, estaba vinculado al fútbol y nadie hablaba de él.

Con la pandemia no había público en los partidos. "Mejor", pensaba John. Era sábado e iba hacia el Caledonian Stadium en Inverness. Conducía absorto en sus pensamientos, según relata Epaminondas, recordando la victoria del Cádiz en Eibar el día anterior y la incorporación del VAR en la liga.

John sería el juez de línea, explica Epaminondas, en el partido entre el Inverness Caledonian Thistle y el Ayr United. Sin público y, por primera vez, sin operarios de televisión. Se había instalado un sistema de Inteligencia Artificial que, de forma automática, identificaba la ubicación de la pelota y la seguía por todo el campo.

Mucha expectación en las casas y en los pubs. De repente, las cámaras dejaron de seguir la pelota y enfocaban a John. Solo a él por su banda. Indica Epaminondas que John es calvo. Muy calvo. Y que su cabeza cuenta con un tamaño y forma tal que la inteligencia artificial la confundía con una pelota.

Al final del partido John encendió su teléfono y tenía miles de mensajes. Su imagen era viral en las redes. Por todo el mundo solo se hablaba de él y de su cabeza. "Yo quería pasar desapercibido" dijo John justo antes de desmayarse en la versión de Epaminondas.

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