Turismo Cuánto cuesta el alquiler vacacional en los municipios costeros de Cádiz para este verano de 2024

Análisis

enrique montiel

Llegar a Agosto

Los que somos de litoral no sabemos ver en su exacta dimensión esta búsqueda del mar

Muchos han venido llegando a agosto "con la lengua de fuera", aunque la preposición no se entienda bien, seguramente sobre, pero es como lo he oído decir desde que tuve conciencia de que era verdad, muchos llegaban a Agosto con la lengua "de fuera", a lo justo, con las fuerzas mermadas, el interior de la cabeza nublado. Las playas eran el sueño cumplido, llegar a una playa, tender la toalla y ponerse al sol, cerrar los ojos, darse un baño, volver al oleaje, darse otro baño, volver a la toalla, la sombrilla. Y luego subir al hotel, a la habitación o casa alquilada, el camping, todos los modos posibles de salir de las grandes ciudades, los interiores de los países, y venir a las playas. Respirar, ay, respirar. Los que somos de litoral no sabemos ver en su exacta dimensión esta búsqueda del mar, de las puestas de sol sobre el mar, de la terraza con cerveza muy fría junto al mar, con la tapa de ensaladilla rusa con picos gordos. Cierta sensación de poseer el número premiado de una lotería de la vida. En el sentido de que en esos suburbios, en esas grandes ciudades españolas o europeas, la gente reunía cada mes el estipendio estival, dicho así para que parezca todavía más oneroso, para llegar con las fuerzas justas a las playas. Sobre todo frente a quienes gozábamos del privilegio todo el año, el privilegio del mar en las ventanas y balcones. Como en La Isla. Que además tuvo muchos años el cine de verano. No pasa un agosto sin que recuerde y llore la gran pantalla hoy inexistente del Cine Madariaga, los otros cines en lugares en donde hubo huertas, espacios, manchones. Y el programa doble, que se decía. Coincidiendo con el momento exacto (el Real Observatorio de Marina también decía con exactitud matemática cuándo se ponía el sol), sonaban las músicas que anunciaban la primera de las dos películas del día. Con el último anuncio teníamos la inexistente luz exacta para proyectar la película. Quien lo vivió lo recuerda, no tengo duda alguna. Forma parte del paladar de la memoria, como la horchata o el americano de La Ibense con la sonrisa afectuosa de Rosita y el alto mostrador, o las papas fritas de la calle Ancha. Por poner dos ejemplos muy domésticos. Agosto llega otra vez, ahora con el mismo ahogo de muchos, que sueñan con llegar de una vez porque sienten que no pueden más, ha sido un año muy difícil, cada año es más difícil no llegar a las playas, al Sur o al Norte, ni al Mediterráneo. Hoy empieza, pues, el resto de nuestras vidas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios