Análisis

Paco Carrillo

¡Eureka, lo conseguí!

He descubierto la condición indispensable para ser político: carecer de sentido común

Arquímedes, no lo dijo así exactamente. Él hablaba griego y sólo dijo ¡Eureka!, que traducido, quiere decir ¡lo conseguí! Perdone la nota erudita; me consta que usted ya lo sabía, pero hay cienes y cienes de bachilleres modernos que ni saben quién fue aquel físico-matemático de Siracusa; tampoco su descubrimiento llamado desde entonces Principio de Arquímedes. "Un cuerpo total o parcialmente sumergido en un fluido en reposo, experimenta un empuje vertical y hacia arriba igual al peso de la masa del volumen del fluido que desaloja". Sí, me consta que aun sabiéndolo no le alivia su IPC, ni evitará el impuesto de sucesiones; claro que tampoco le beneficia estar al día de las veleidades sexuales de una tal María Lapiedra. ¡C'est la vie!

¿Que a qué viene este preámbulo? A que un servidor, con toda modestia, también puede decir ¡Eureka!: he conseguido descubrir cuál es la condición indispensable para llegar a ser político: carecer de sentido común. Sí, usted podrá añadir lo que de negativo se le ocurra, pero todo estará subordinado a este principio fundamental. Ahí tiene, sin más lo que en el SCD (Sacro Congreso de los Diputados) se viene debatiendo en sesión continua: las pensiones y la prisión permanente revisable, asuntos que como en tantos otros, y gracias a la falta de sentido común, cualquier castizo gaditano diría: "tienen la picha hecha un lío". Si no, a ver.

¿Tanto cuesta entender que un pensionista no pueda vivir con 600 euros al mes? ¿Que subirle el 0,25% es una falta de respeto? ¿Que con evitar las corrupciones y las pensiones vitalicias habría suficiente para redimir a todos esos pobres? No digamos nada sobre los sueldos y las subidas que los 'sin sentido común' se apañan para sí; no, no entremos en eso porque hay que comprender que se lo ganan a pulso y a costa de sacrificios inconmensurables, verbigracia: cañas a 0,96 euros, cafés a 0,88 y desayunos a 1,08 en el bar de su cortijo. ¡Por favor! Pero si todo fuera eso… Mire, admítalo, no todo el mundo hace méritos para que le toque la Primitiva con bote y la culpa no la tiene Loterías y Apuestas del Estado.

Pero como son imparables, incansables en el ejercicio de sus escasas neuronas, simultáneamente también están inmersos -o sea: hasta las trancas- en la derogación de la prisión permanente revisable, cuando en realidad lo que se debiera tratar es de la cadena perpetua y tirar la llave. Pero, no. Entre los muchos políticos incapaces existen partidarios de defender los derechos de los inhumanos, como en Estrasburgo. Total, qué más dará que el beatífico PNV, a la chita callando, trate de amparar a Bildu por si lo necesita para seguir haciendo caja; que Podemos haga gala de su anarquismo de izquierda sin fronteras; que ERC, JxCat y demás excrecencias lo intenten por la derecha y por la izquierda, según les convenga, pero ¿y el Partido Sanchista Oportunista Errático? Mire, no pregunte, como su nombre indica, mientras esté de cortijero mayor un señor con vocación de perro lamedor…

Además, ahí están los jueces que son los que, tarde y a destiempo, gobiernan España.

¡Eureka, lo descubrí!

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