Los absurdos y esperpénticos episodios nacionales sucedidos estos días dejan clara una cosa, lo caduco de una democracia carente de sentido. La democracia, a nivel mundial, apenas nada tiene que ver con su propio significado, la demos, aun sigue teniendo significado, pero kratos, ha quedado vacío de contenido.

Hoy día la realidad es que el poder reside en los partidos políticos, formados por personas dispares, normalmente oportunistas, y en donde, casualmente, algunas veces, asoma la cabeza alguien con verdadero interés en la res, en su significado más simple, pero que hoy adquiere el significado que mejor entendemos, como res, ya sea bovina o vacuna, y dado los tiempos que corren, y siendo más común la vacuna para otra cosa, la parte de la demos es mas bien como una res bovina, dócil y mansa.

Como decía el espectáculo vivido pone de manifiesto lo que es una realidad, porque la democracia significa que todos ejercemos el poder, depositando el mismo en las personas que consideramos que nos representan, y que, al día de hoy, por desgracia, se integran bajo siglas con un objetivo común. Esto, como ocurrió, no debe impedir que las personas ejerzan la función para la que fueron votadas, con criterio propio, intentando llevar allá donde voten, el sentir de sus votantes.

Claro está que muchos pensarán que las siglas sirven para evitar la corrupción, para evitar que, como en la Antigua Roma, los representantes se dejen comprar para emitir un voto distinto al de sus electores, pero lo retorcido de esta afirmación es que gracias a ello nace la disciplina de voto, mediante la cual no es que las siglas tengan una unidad de criterio, sino que se adueñan la voluntad de los electores, de forma tan diabólica que al final la unidad entre las siglas y el uso del Kratos, dejan a la Demos como meros espectadores de un teatro absurdo y esperpéntico.

A estas alturas ya no se sabe realmente qué es mejor, cuál es la forma correcta, cuál la mas sensata, pero sí es cierto que lo ocurrido, la ruptura de la disciplina del voto, más que reproches merece aplausos, a nos ser que la negra sombra del donativum empañe la valentía.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios