Análisis

José guerrero 'yuyu'

Buscando el camino

Hacen falta tres puntos para convencernos de que seguimos aspirando a todo

Pues señores, no hay manera. No ya de enlazar dos victorias consecutivas, sino tan siquiera una. Achacarlo a la dureza de los rivales es debate estéril porque aquí no hay niños tontos. Así que, cómo siempre, la clave nos la ofrece Álvaro Cervera, que se atreve a decir en voz alta palabras que en bocas de otros serían calificadas de herejías anticadistas: el Cádiz está mal. Cervera no es de los que dan ojana, ni en los buenos momentos ni mucho menos en los malos. Y sabe, como todos, que si se quiere aspirar a algo más que a salvarse se necesita empezar a ganar. Porque de lo contrario nos espera un resto de temporada más aburrido que escuchar una partida de ajedrez por la radio.

Sí, porque para meternos en descenso tendría que ocurrir una cadena de resultados verdaderamente catastrófica y, sin ganar de modo regular, nos espera una segunda vuelta de una de cal y otra de arena pero en tierra de nadie. Se necesita de modo urgente una victoria. Y más allá de por volver a estar arriba, hacen falta tres puntos del tirón para convencernos de que no se nos ha olvidado ganar y que seguimos aspirando a todo. Y cuánto antes llegue esa victoria pues mejor. Al margen de todo esto, el club sigue haciendo las cosas bien. Reforzándose con calidad en el mercado de invierno y soltando jugadores a precio de gourmet. Aunque todavía habrá quien piense que a jugadores como Álvaro García o Manu Vallejo hay que retenerlos cómo sea. Posiblemente son esos aficionados que no se enteran que el Cádiz, cómo tantos otros clubes, es un club condenado a traspasar a aquellos que sobresalen.

El mercado y Don Dinero mandan, y si en Segunda B, incluso en Segunda, somos un equipo atractivo en el que jugar, estamos lejos de ser el club soñado por los futbolistas que aspiran a jugar en la élite del fútbol español. Lo que sucede es que para nosotros el Cádiz es lo máximo y para muchos futbolistas su club es un puesto de trabajo, con más o menos afinidad. Y el que no se quiera enterar tiene un grave problema. Entre otras cosas, porque estas operaciones están permitiendo al club sanear la tesorería, cancelas hipotecas de varios millones de euros como la de El Rosal, y sentando las bases para una gestión económica sin trampas con las que poder afrontar un futuro sólido, tanto en lo deportivo como en lo económico.

Y si piensan que vender es malo, pregunten a Monchi, cuyo secreto en el Sevilla estuvo en traer jugadores por medio millón de euros, venderlos en 30 kilos y traerse otro igual o mejor por otro medio millón para seguir ganando. Así que miedo a vender, ninguno. El miedo debe estar en no fichar bien, no en soltar a buen precio a los que destaquen. Y chapó al club por seguir reconociendo a los cracks que vistieron la camiseta amarilla. Porque si la puerta "Mágico González" es para los que entren tarde al partido, cómo dijo el Selu con su chirigota, la puerta "Pepe Mejías" debería ser para los que entren con clase y categoría máxima al Carranza. Y seguimos en la pelea, que no es poco.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios