Fiestas Todas las ferias en la provincia de Cádiz para este mayo de 2024

Estaba decidida a hacer un propósito de enmienda pero la tentación es demasiado fuerte. Se me amontonan los motivos y me sobran las razones para seguir criticando. ¿Derrotista?, pues no sé, quizás, si no serlo significa asistir impasible al espectáculo que dan algunos por acción u omisión, definitivamente lo soy.

Ya es casualidad pero el mismo día que se daba la noticia de las cinco banderas azules concedidas a otras tantas playas de El Puerto, esa misma mañana en la Federación Andaluza de Vela nos volvíamos a encontrar con un olor nauseabundo y el agua cercana teñida por los vertidos de aguas pluviales y fecales desde una alcantarilla. Días después me entero que el Ayuntamiento convoca a los empresarios para compartir con ellos la foto de la izada de las banderas, eso es ponerse a tiro y lo demás son tonterías.

Si quieren les compro que los residuos no afean las playas, que no hay peligro para los bañistas, ni para el turismo, pero conténganse y no abusen, déjenlo estar y que se pongan las banderitas sin hacer mucho ruido.

Dadas las circunstancias, no presuman y alardeen de playas, no lo hagan porque puede salir alguien poniéndoles en evidencia por el tratamiento de residuos y la gestión ambiental de las aguas residuales, o alguien que les acuse de no hacer nada para solucionar un problema que es bastante más grave que el olor a podrido, porque alguien puede salir contando que se trata de que partículas de esas aguas pueden dispersarse en el aire y que su inhalación puede provocar efectos adversos para la salud, y hasta puede que alguien cuente que la relación de regatistas infectados con enterococcus faecali y la de afectados de gastroenteritis ha aumentado desde la primera vez.

Yo les prometo que lo intento, fíjense, cuando supe que una de las banderas era para La Puntilla pensé que esa sería la razón de no apartar el barco que lleva a allí un mes deshaciéndose en residuos, pensé que la condecoración ondearía desde su mástil y que por eso el Ayuntamiento no había exigido su retirada a quien corresponda, pero que va, tampoco es eso, y ahí sigue, formando parte del paisaje y sirviendo de fondo para selfis.

Menos mal que tengo este desahogo porque de la convocatoria de El Cortijo no me entere y ya me habría gustado demostrar allí hasta qué punto soy una derrotista, vaya que sí.

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