Tribuna

Fernando H. Llano Alonso

La Ley Europea de Inteligencia Artificial

La regulación europea de la IA y las tecnologías disruptivas pretende implementar un desarrollo tecnológico sostenible que deje en manos del ser humano el control de estos procesos

La Ley Europea de Inteligencia Artificial

La Ley Europea de Inteligencia Artificial / rOSELL

La inteligencia artificial puede calcular con rapidez, pero le falta el espíritu.(Byung-Chul Han)

EL pasado 24 de abril el Parlamento Europeo aprobó la traducción del texto del Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial (RIA) a las lenguas de los veintisiete Estados miembros de la Unión Europea (UE). Ya solo resta que el Consejo de Europa dé su conformidad al RIA para que este hecho marque un hito histórico en el Derecho de la Unión Europea: la aprobación definitiva de la primera Ley de la IA a nivel mundial que servirá de modelo a muchos otros países de la comunidad internacional como alternativa a los modelos regulatorios norteamericano y chino, un modelo que garantice la seguridad de los sistemas de IA que operen en Europa, y que refuerce las libertades, los derechos fundamentales y los valores de la UE.

En los últimos años, en lo que a la UE se refiere, se ha ido conformando el marco normativo común para regular la IA, según los principios éticos y los valores superiores establecidos en la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, el Reglamento relativo a la protección de las personas físicas en lo que respecta al tratamiento de datos personales y a la libre circulación de estos datos, la Estrategia Europea de Datos, pasando por el Libro Blanco sobre la IA (que podría considerarse la Carta Magna para la ética de la IA), las Directrices éticas para una IA fiable elaboradas por el Grupo independiente de expertos de alto nivel, hasta llegar a este reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre los principios éticos para el desarrollo, el despliegue y el uso de la IA, la robótica y las tecnologías conexas, con el fin de garantizar la aplicación homogénea en toda la UE de dicho marco regulador compuesto de principios éticos aplicables a cualquier tecnología de IA.

La estrategia de regulación europea de la IA y las tecnologías disruptivas (computación cuántica, neurotecnologías, biología sintética…) pretende implementar un desarrollo tecnológico sostenible que deje en manos del ser humano el control de estos procesos. Desde la publicación por parte de la Comisión Europea del Libro Blanco de la IA en febrero de 2020 para fomentar el uso de una IA que no ponga en riesgo ni los derechos fundamentales y las libertades de los ciudadanos europeos, ni los valores humanistas y universales que inspiran el proyecto cosmopolita europeo, hasta la Ley de la IA, la UE está trabajando en la armonización del despliegue de las nuevas tecnologías con la Estrategia de Europea de Datos para proteger al conjunto de la ciudadanía y a los colectivos sociales más vulnerables.

En aras de la consecución de este objetivo, la UE ha apostado por una tercera vía alternativa al modelo estadounidense, en el que los datos se encuentran en poder de las empresas privadas, que a menudo los obtienen de forma opaca, y al modelo chino, en el que los datos se hallan en poder del Gobierno para el control de la sociedad. A diferencia de los modelos estadounidense y chino, el modelo europeo propone que los datos estén en manos de los ciudadanos, que deciden el uso que van a hacer de ellos y participan en su gobernanza.

Un nuevo corpus iuris digitalis parece que está conformándose en el seno de la Unión Europea, que tiene ante sí el reto de aprovechar las ventajas de las tecnologías de IA para ganar en competitividad económica, e impulsar la prosperidad y el bienestar de sus ciudadanos, en un entorno neotecnológico seguro, fiable y compatible con los valores y principios que inspiran la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Precisamente en esta dirección apunta la Comisión Europea con su propuesta de Reglamento sobre un enfoque europeo de la IA (por cierto, el primer marco jurídico de IA de la historia) que posiciona a Europa en una lugar aventajado para desempeñar un papel de liderazgo a nivel mundial en este ámbito, y que sirva también para generar confianza en los usuarios de las aplicaciones de IA, para establecer mecanismos de control a las aplicaciones de IA de alto riesgo, para reforzar la seguridad y garantizar los derechos de las personas y las empresas.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios