Con sabor
Pedro Payán Sotomayor
El ditero. Es frecuente que nos pongamos un poquito nostálgicos en estos breves artículos cuando glosamos una palabra que ha desaparecido prácticamente. Evocarla se convierte en una invitación al recuerdo. Una palabra -como ditero- que tiene ya sabor a cosa pasada. Pero no está nada mal revivirla. El vocablo ditero y su correspondiente dita tampoco está tan lejos en cuanto a vigencia y muchos de nosotros, nada más escucharlo, nos trae memoria de otra época y de un personaje que llegaba a las casas de vecinos de los barrios populares ofreciendo su variada mercancía con facilidad de pago para los más que modestos bolsillos de aquellas familias. Pero como siempre nos interesa saber qué hay detrás del término. Y empezamos consultando el Diccionario de la Academia que, en efecto, trae ditero con esta definición: "Persona que presta a dita". Y lo sitúa en Andalucía. Con respecto a dita, que también localiza en nuestra tierra, dice
"Préstamo a elevado interés, pagadero por días con el capital". Sospechamos que las dos acepciones han sido tomadas de Alcalá Venceslada, porque son totalmente coincidentes. Conocemos este "dar dinero a dita", pero no tiene nada que ver con las personas y ci trabajo de los diteros, que eran hombres que se dedicaban a la venta menuda de diversas mercancías que luego iban cobrando en pequeños plazos. Recordemos a estos modestos y peripatético comerciantes con este texto de los hermanos Álvarez Quintero, que escribieron para una zarzuela de ambiente costumbrista: "¡El ditero!/Sal mocita, que llevo en el burro /llevo batidores, /llevo pañolillos/y llevo cobertores. /Pañales pa el nene /- si alguna lo tiene o está en mal estao-. /Y medias preciosas/que son de Tolosa /y llegan al sitio más desarrollao."
También te puede interesar
Lo último