Artistas de Cádiz | Ricardo Galán Urréjola

La pintura puesta al día

  • Urréjola es un pintor con plena conciencia de lo que hace; un artista con suma fortaleza plástica

Ricardo Galán Urréjola, en una exposición en Benot.

Ricardo Galán Urréjola, en una exposición en Benot. / Jesús Marín

Es pintor de muy amplio recorrido; con una obra muy bien confeccionada desde una estructura conceptual muy bien acondicionada y unos planteamientos técnicos sin resquicios y abiertos a cualquier sistema creativo. Ricardo Galán Urréjola es un artista al que muchos quieren parecerse porque su pintura, aparte de los manifiestos atractivos pictóricos, desencadena muchos valores estéticos que convencen y atrapan. Es pintor de muy buena mano, capaz de todo, dominador –muy dominador– de la escena formal, sabio manipulador de los elementos plásticos y con un desarrollo cromático que argumenta, a la perfección, los estamentos figurativos que plantea.

Ricardo Galán Urréjola es de esos pintores que uno sabe que se equivoca poco, que posee los registros adecuados para realizar una obra poderosa en la que tienen cabida los nobles principios de la pintura de siempre. Es clásico en lo moderno y realiza una pintura rigurosa, con los esquemas de la mayor pureza pero con unos desenlaces llenos de sentido actual. Por eso su pintura no tiene tiempo ni edad y acoge, sin complejos, todas las miradas, incluso, aquellas que plantean los puristas, los exigentes, los modernos y los poco convencidos de todo.

A Ricardo Galán Urréjola lo hemos conocido en muchos frentes artísticos, siempre manejando los elementos con infinita soltura y mostrando que la pintura, para que sea buena, debe estar sujeta a los máximos plásticos que permitan afrontar, con entusiasmo y verdad, los episodios más complejos. Domina la técnica; sabe patrocinar los mejores postulados de la creación, aún los episodios más difíciles, los que provocan los pellizcos de la emoción, dando sentido y dimensión plástica a una figuración que, de otra manera, carecería de interés.

En la pintura de este artista, las pinceladas surgen poderosas, determinantes, definitivas, distribuyendo sabiamente la realidad representada para que lo que se ilustra mantenga su lados más expresivo. En sus paisajes urbanos todo se hace más patente aún con esos contornos diluidos que potencian lo real y abre nuevas perspectivas a la mirada. El espectador siente cómo la imagen se ve reforzada, cómo se acentúan los rasgos para crear una atmósfera envolvente que marca la situación del hecho representado.

Ricardo Galán Urréjola es un dominador de la paleta. En su pintura sus azules son más azules; los verdes irradian una luz vibrante y los sienas mantiene la estructura conformante con un compacto sentido de fortaleza plástica. Además sabe, como nadie, utilizar los grises para crear espacios escénicos brumosos que atemperan los gestos realistas y mediatizan los ambientes con acertados gestos expresionistas. Además, es un artista que de tanto saber pintar la realidad tiene una gran capacidad de someter la imagen a un proceso reduccionista que nos acerca, con rigurosidad pero potencia creativa, a los límites conformantes de lo abstracto. Por eso, cuando su pintura se abandona a la fuerza determinante del color, asume una nueva potestad donde los registros cromáticos ejercen su máxima función simbólica y expresiva. Obras en las que las formas concretas, sus imágenes de poderosísima estructuración compositiva van poco diluyéndose en unos campos coloristas que crean la máxima expectación y la emoción por una plástica magnánima e inquietante.

Ricardo Galán Urréjola es un pintor con un lenguaje que le es propio y muy particular, producto de la depuradísima técnica de pintor pintor, del profesional serio que vive para la pintura sin dejarse llevar por los tontos postulados que tanto abundan en un arte con muy buenas maneras pero al que, también, le sobran imposturas absurdas.

El espectador aficionado siente ante la obra de Ricardo G. Urréjola que se trata de una pintura sin reveses, auténtica, ideario estético de un pintor que no esconde falsos testimonios artísticos, que diluye los contornos de lo real en gestos expresivos, lo que da un mayor ambiente representativo a lo que ilustra y que hace vislumbrar los buenos argumentos de la buena pintura.

El artista, que empezó modelando la figuración a los acordes del modelo, ha ido, poco a poco, abriéndose a nuevos esquemas, donde las fórmulas cromáticas y la potencia plástica inunda una escena que hace más determinante la fuerza de la emoción artística. Los formatos han sido agrandados, los impulsos cromáticos desarrollados con la más absoluta vehemencia y la acción pictórica llevada a un extremo más poderoso. El artista se siente más artista, más generador de emociones pictóricas, más consciente de su poder, de su entusiasmo creativo y de su fortaleza plástica.

Ricardo Galán Urréjola es un pintor con plena conciencia de lo que hace; un artista con suma fortaleza plástica; sus obras no responden a acciones automáticas ni a las azarosas propuestas experimentales. Es pintor de actuaciones muy bien concebidas, dominador de los elementos conformadores y con un claro concepto de la pintura. Tras ello se descubre un artista valiente pero que no se deja llevar por los efectismos esnobistas ni por los vacíos argumentos sin sustancia artística. Es artista, por lo tanto, que mantiene vivas las premisas de un arte sin trampa ni cartón, con los esquemas de una pintura de verdad que pone al día los eternos valores del arte de siempre.

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