Un mini-Monkey regresa a El Puerto en formato reducido y con 40 bandas
El fin de semana del 16 de junio la música independiente tomará lugares tan emblemáticos como el Hospitalito o el Castillo San Marcos
El Monkey regresa a casa. No es que abandone Sevilla, donde se fue en la edición anterior con la intención de crecer y creció, sino que los hermanos Guisado y Tali Carreto, los tres artífices de LaMota, la empresa que se inventó una de las propuestas más originales para dar voz a las voces emergentes de la música independiente, prometieron que no se irían del todo de El Puerto y no se han ido. A partir del próximo 16 de junio, 40 bandas -casi la mitad andaluzas, siete de ellas gaditanas- volverán a llenar de música los bares de la ciudad y algunos espacios singulares como el Hospitalito (actual Museo Arqueológico) o el Castillo de San Marcos, además de los clásicos conciertos gratuitos en la plaza Alfonso X El Sabio.
No hay malos rollos. El alcalde de El Puerto, David de la Encina, se desplazó hasta uno de los patios del palacio provincial de Diputación para decir orgulloso que "entendimos que el Monkey se fuera para crecer. En su día se cuestionó un modelo e incluso a unos organizadores, pero ellos no han parado de buscar una alternativa para que aquella idea que nació en El Puerto siguiera dando riqueza a El Puerto".
Este Monkey presentado ayer en Cádiz, y que cuenta con el respaldo de Diputación gracias a la obcecación de Jaime Armario, responsable de Servicios a la Ciudadanía y Juventud, no cuenta con el espacio profesional que, de forma paralela, suponía una feria de muestras de emprendedores dedicados al complejo mundo discográfico actual, es sólo una muestra de qué es lo que se está cociendo actualmente en el mundo de la música española.
Tali Carreto da forma de este modo a la filosofía del encuentro. "Es un cartel sumamente ecléctico. Tiene cabida rock, pop, hip-hop, electrónica... Pretendemos que sea una visión al panorama actual y demostrar la creatividad que en tiempos de crisis, paradójicamente, ha vivido un momento muy dulce y no paran de salir nuevas iniciativas".
Armario defendió ese modo de entender las cosas en un evento muy singular. "Una de las frases que siempre me convencieron del Monkey fue 'conoce hoy las bandas del mañana'. Con ese espíritu nos hemos lanzado a la colaboración. Pensábamos que un escaparate de la música independiente española no se podía escapar. Además, el Monkey ya formaba parte de El Puerto, creaba buen ambiente y buen clima. Por eso digo que el Monkey no es que vuelve a El Puerto, vuelve a Cádiz".
Ese arraigo con El Puerto ha sido el leitmotiv de los creadores del Monkey para mantener la llama viva en el lugar que les vio crecer. "Como siempre, hemos querido contar con la implicación de los agentes de la ciudad y esto es la propia ciudadanía, los hosteleros, los comercios... Es un festival que se vive en la ciudad, que no es un recinto, sino una multitud de posibilidades al mismo tiempo para elegir".
Carreto explicaba luego, en la copa servida por los patrocinadores, que los profesionales que están detrás de los grupos, las pequeñas casas discográficas que intentan encontrar hueco enun mercado sumamente difícil y aún por descubrir, recibieron con alborozo este Monkey de formato puramente de ocio, no de trabajo, y que, aunque no haya jornadas profesionales, aunque no vaya a existir ese intercambio propio de cualquier sector industrial de intercambio de conocimientos, lo más granado de la empresa de la música independiente estará en El Puerto en esos días "porque no irán a trabajar, sino a pasar un buen rato. Aunque el Monkey se haya trasladado a Sevilla y Sevilla haya permitido el crecimiento que necesitaba el proyecto, todo el mundo recuerda El Puerto como un sitio especial, donde nació todo esto, donde se pasaron muy buenos momentos".
Un cartel casi íntegro nacional y ya cerrado
El Monkey de El Puerto juega con la marca Monkey. Todos los festivales realizan una pequeña trampa que consiste en que primero sacan avances de cartel a un precio más bajo y luego van llegando nombres que les sirven para ir incrementando precios. En este caso, el Monkey de El Puerto no lo necesita. No hay nombres de relumbrón, aunque hay algunos bien conocidos por los seguidores de la música independiente, sino una apuesta por un modo de pasar un fin de semana de música en el que se entremezcla la convivencia en la ciudad con los espectáculos. eso es lo que vende Monkey más que nombres. Ayer, de aperitivo, en el patio de Diputación, ya dio una pequeña demostración Bronquio, un músico jerezano que está llamado a ser la comidilla de la gran crítica musical en muy poco tiempo.
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