La grandeza de un arte grande

29 de mayo 2012 - 05:00

El nombre de Manuel Salinas está ligado a la mejor pintura abstracta que se ha realizado en este país. Durante varias décadas su pintura ha sido una válida referencia para adentrarse en una estética donde lo esencial, donde la espiritualidad del color y donde la emoción plástica más absoluta protagoniza una obra llena de fortaleza y sentido.

Manuel Salinas fue de los primeros que en la Sevilla tradicional de los años 60 dio el paso adelante con una oferta absolutamente diametral a los intereses trasnochados de una ciudad totalmente de espaldas a una modernidad que, todavía, tardaría en ser conquistada. Desde un principio fue figura importante en el discurrir artístico de aquellos años y persona con quien se contó para conformar los primeros esquemas de una renovación de la que Salinas fue artista adelantado.

En el panorama del arte abstracto español, el artista sevillano fue un hito muy a tener en cuenta, pues él se destacó, desde el primer momento, con una personalidad muy acusada, con un lenguaje plástico donde la contención formal y la esencia colorista jugaban un papel importante para patrocinar una pintura con muy buenos argumentos. Además, su figura ha sido tremendamente respetada en los ambientes artísticos -en un ambiente donde las zancadillas, los recelos y las dudas son algo habitual- siendo totalmente considerado como uno de los pintores abstractos más admirado.

En su obra siempre ha dominado la estructura geométrica, con una clara disposición a los planteamientos espaciales, recurso que el artista emplea bien en cuadros estancos llenos de color y una cuidada racionalidad que sirve, a modo de esqueleto arquitectónico, para desentrañar los desenlaces gestuales de una pintura abiertamente expresionista, así como en bandas de color que manifiestan una lógica colorista llena de entusiasmo pictórico y muy bien acondicionado en fondo y forma. Se trata de composiciones enmarcadas en las amplias rutas de un expresionismo abstracto al que el pintor sevillano maneja con energía pero dejando entrever la sutileza de lo perfectamente equilibrado.

La exposición que se presenta en la galería del sevillano barrio del Arenal nos conduce por los últimos registros del abstracto de Salinas, ese que ha sido motor de un trabajo al que ha impuesto un personal sello mediante un básico esquematismo de riguroso, elegante, sutil, equilibrado cromatismo, lleno de trascendencia pictórica.

De nuevo nos encontramos con la obra del gran Manuel Salinas, uno de los artistas españoles que más nos han hecho sentir con esa pintura que fue heroica, que abrió caminos de importancia, que es el resultado de un ejercicio abstracto de la mayor pureza; un Manuel Salinas que como ocurre con los grandes maestros, el tiempo ha pasado para hacerlo mejor pintor, para clarificar una obra que siempre alcanzó las máximas cimas y que, ahora, sigue ofertando absolutas lecciones de suprema artisticidad.

Manuel Salinas siempre será esperado y recibido con todos los honores. Su pintura es el máximo postulado de un arte con mucha grandeza.

Galería La Caja China SEVILLA

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