Pablo Berger. Director de cine

"No es algo evidente, pero el mito de Carmen es crucial en mi cine"

  • El realizador vasco ha participado estos días en Sevilla en la primera edición del campus de la Fundación SGAE, celebrado en la Hispalense

La pimera edición del Campus de la Fundación SGAE, que se ha venido celebrando desde el pasado 30 de junio en las instalaciones de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla, dedicada al estudio del mito de Carmen, celebra hoy su última jornada. Junto a la coreógrafa Teresa Nieto, el dramaturgo Antonio Álamo, o el compositor David del Puerto, que ofrecieron en las distintas sesiones su particular perspectiva sobre este mito que se gestó en la antigua Fábrica de Tabacos, estuvo también el vasco Pablo Berger, el director que arrasó el año pasado con Blancanieves, película que se hizo con 10 goyas. En conversación con este diario, el cineasta reconoció su debilidad por el personaje que motivó su presencia en la ciudad.

-¿Nunca le ha tentado abordar en su cine al personaje del mito de Carmen?

-Curiosamente las protagonistas de todas mis obras se llaman Carmen. Aunque en mis películas no lo haya tratado, y no sea algo evidente, este mito es fundamental, ya que está presente en todas las mujeres españolas, incluso en los hombres. Creo que este campus me está abriendo los ojos. Durante las mañanas estamos escuchando a sabios de la danza y el teatro, a dramaturgos, y puede ser en este lugar donde encuentre la idea para hacer mi propia Carmen.

-¿Qué valoración merece este primer campus organizado por la SGAE?

-Mi valoración no puede ser más positiva. Normalmente los directores trabajamos aislados, y lo que ha hecho la SGAE ha sido mezclarnos. Ha juntado bailarines con músicos, dramaturgos, directores, y creo que es fundamental que quedemos porque estamos todos en el mismo barco,y estoy convencido que de este campus van a salir un montón de cármenes y todas de estilos distintos. Ese era un poco el objetivo.

-¿Qué importancia le da a la formación académica frente a la autodidacta a la hora de dirigir una película?

-Todos los caminos llevan a Roma. Creo que no hay una única fórmula para llegar a ser director de cine. En mi caso, yo estudié cine en Nueva York, tengo un máster en dirección, y habrá otros que no lo tengan. La clave es tener historias que contar. Tener paciencia y pasión.

-Usted que es vasco, ¿cómo explica éxito de público de la película Ocho apellidos vascos?

- El éxito o fracaso de una película depende de muchas variables más que de la película en sí, y Ocho apellidos vascos ha llegado donde quería llegar. El porqué del éxito es la suma de muchas razones. Tiene un gran guión con Borja Cobeaga y Diego San José, un gran director como Emilio Martínez-Lázaro, el cual posee una gran trayectoria en el mundo de la comedia. Yo soy una persona que utilizo mucho el humor en mis trabajos, y creo que a través del humor se puede tocar cualquier tema, y en ese sentido se ha convertido en algo más que una película. Se ha convertido en un fenómeno que afortunadamente ha tocado preocupaciones tanto sociales como políticas.

-Hasta hace poco todo alcalde quería un festival de cine para su ciudad; ¿hemos agotado la gallina de los huevos de oro?

-No es que hayamos agotado la gallina de los huevos de oro. Desgraciadamente es que ellos conciben que el cine no es un elemento de primera necesidad, y el cine y la cultura son fundamentales. Opino que esos alcaldes que han suprimido los festivales de ámbito cultural deben reconsiderar sus posturas, porque es fundamental este tipo de cosas para alimentar el alma.

-Con lo que ha sudado para convencer a los productores para que le avalaran una película muda y en blanco y negro como Blancanieves, ¿le han quedado ganas de seguir haciendo un cine que se sale de lo habitual?

-Tanto Torremolinos 73 como Blancanieves han sido películas con muchas dificultades de financiación, pero una vez que llegaron a la meta han sido películas de éxito. Por tanto, yo seguiré siendo un francotirador a contracorriente, que no coge la autopista sino que coge el camino del final, en el que tiene que haber riesgos y con ello historias distintas. Yo entiendo el cine como un salto al vacío donde debe haber riesgo. Me gusta contar historias diferentes y a mi manera.

-He oído que para usted el origen del cine son los cuentos. ¿Algúnos cuentos le marcaron de pequeño? ¿Ha pensado adaptar alguno?

-A mí el cuento que me fascinaba de pequeño era Pulgarcito. Imagino un ser diminuto que puede estar en lugares insospechados. Me recuerda un poco a aquella película de Hollywood, El increíble hombre menguante, y por qué no, me gustaría hacer una versión, si hay algún productor que esté dispuesto a ello nos pondríamos manos a la obra.

-Andalucía vibra de emoción y Sevilla coloca la alfombra roja al rodaje de la nueva temporada de Juego de Tronos. ¿Qué le parece el fenómeno televisivo de esta serie?

-La llegada de rodajes de producción a España, y más de esta dimensión, siempre son bienvenidos, así que Bienvenido Mr. Marshall o en este caso Mr. HBO. Quiero aprovechar y lanzar un grito por una nueva ley de cine con la reducción fiscal, que además está en negociación, ya que la reducción fiscal del 20% es muy pequeña para animar los rodajes, y esperemos que nuestro querido ministro de Hacienda lo reconsidere, y que además de Juego de Tronos sean muchos más los rodajes que vengan a España.

-¿La crisis ha bajado el caché de los actores españoles?

-La crisis ha bajado el caché de todo el mundo. Yo sí puedo hablar de muchos actores españoles que se han bajado el sueldo en el momento que se ha requerido. Los actores de cine español son románticos y cuando se encuentran con un proyecto que les apasiona se bajan el caché si es necesario. Lo importante es que los directores de cine quieren hacer películas y los actores trabajar en ellas.

-¿Cuál es su musa del cine español?

-Afortunadamente en Blancanieves trabajé con grandes actrices: Maribel Verdú, Ángela Molina, Inma Cuesta... pero sí es verdad que en nuestro país hay grandes actrices y me gustaría trabajar con muchas de ellas.

-¿Es el público español fiel al cine que se hace en nuestro país?

-No demasiado, aunque hay una excepción que rompe la regla. Películas tan diferentes como Ocho apellidos vascos o Lo imposible consiguieron situarse en lo más alto en cuanto a venta de entradas. Yo creo que también hay un elemento de responsabilidad por parte de los directores porque tenemos que hacer películas que busquen al público, pero también necesitamos que los españoles dejen de pensar que el término y tópico general de película española es "mala" o con un adjetivo negativo. Yo he oído muchas veces "yo no veo cine español". Lo que hay que hacer es buenas películas y el espectador debe pasar por taquilla para verlas.

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