Vetusta Morla, uno de los grupos más importantes del panorama musical español, regresa a Cádiz dos años después para actuar esta noche (22 horas) en el festival Música del Mar en los terrenos de Adif. Juanma Latorre es guitarrista de esta formación madrileña y uno de sus compositores.

–Cádiz empieza a ser una cita obligada para Vetusta Morla. ¿Qué es lo que encuentran en esta ciudad?

–En Cádiz siempre hemos encontrado mucho entusiasmo. La verdad es que tardamos en ir pero cuando se destapó el tarro de las esencias siempre vemos mucho entusiasmo por parte del público. Estamos deseando volver a estar frente a ellos.

–Tras el parón inesperado por la pandemia en la que aún estamos sumidos y perder algo que parecía que estaba siempre ahí, como son los conciertos, ¿es realmente especial esta gira porque se puede valorar mucho más lo que se tiene?

–Absolutamente. Una de las dudas que teníamos es cómo iban a sentar todas las medidas necesarias que hay que poner para proteger a la gente para nuestros conciertos, porque inevitablemente supone una barrera con un público sentado, con mascarillas, sin poder levantarse. Pero la gente tenía tantas ganas de ir a los conciertos y nosotros también de ponernos ante el público que las emociones incluso se han desbordado y ha hecho que se echen algunas lágrimas.

–Pero ustedes son de los que hacen que el público esté participando de manera muy activa. ¿Cómo se están enfrentando a ello?

–Lo importante es que la emoción está fluyendo. Hay que hacer un doble juego curioso porque por un lado tienes que hacer que el público se caliente pero por otro tienes que procurar que permanezcan sentados.

"Teníamos dudas de cómo iban a afectar las medidas Covid pero hemos conseguido que fluyan las emociones”

–¿Qué es lo que están presentado en esta gira a nivel de repertorio?

–Hemos seleccionado un poco de todos nuestros discos porque ahora mismo no tenemos ningún nuevo trabajo. Metemos algunos temas de ‘Mismo sitio, mismo lugar’ y de toda nuestra trayectoria. Lo que sí que hemos recuperado son algunas canciones de ‘Mapas’, del que se cumplen diez años y es una especie de guiño y, por supuesto, incluimos ‘Finisterre’, que es el single que sirve de adelanto al trabajo que se publicará a finales de año y que tiene por título ‘Cable en la tierra’.

–Ya que estamos. Háblenos un poco de ese disco que en unos meses verá la luz.

–Es un disco que va a tener muchas capas de escenificado. Es una reflexión al folklore, a la idea de raíz, de música popular. Pasa que en los músicos de nuestra generación hay un fenómeno social que es que se nos ha desprovisto de ese cable a tierra que da nombre al trabajo, a esos orígenes. Finisterre es donde más patente se puede ver eso.

–Han tocado en garitos, ante 38.000 personas en la Caja Mágica, con una banda sinfónica en un concierto benéfico, ahora hablan de la conexión con el folklore. ¿Qué le queda a Vetusta Morla por hacer desde el punto de vista creativo?

–Nos quedan muchas cosas. Es muy difícil hablar desde el presente por las cosas futuras. Creo que más que planearlas, las cosas surgen en un momento dado y se afrontan. Tenemos muchos proyectos por delante que iremos poco a poco sacando a la luz porque si de algo nos ha servido el confinamiento es que hemos estado muy productivos. Ahora por ejemplo estamos interpretando Finisterre con personas involucradas en el folklore. Claro que vendrán muchas cosas pero es complicado pensarlas en el presente.

"Tardamos en ir a Cádiz pero siempre que lo hemos hecho, encontramos mucho entusiasmo”

–Hasta que casi no llevaban una década como banda, no consiguieron grabar un disco. ¿Se puede decir que su trayectoria se cocinó a fuego lento?

–Totalmente. Nosotros llevábamos juntos nueve años cuando sacamos el primer disco. Ha sido un éxito cocinado a fuego lento. En todos estos años hemos seguido evolucionando y somos gente a la que le gusta el riesgo y afrontar nuevos proyectos. Esto que podría ser un problema, nuestro público creo que lo ha valorado. Somos gente de procesos lentos, como a la hora de hacer los discos.

–Ustedes son un grupo que ha permanecido casi inalterable desde que se formó, algo muy extraño en este mundo donde a veces el éxito termina por acabar con grandes grupos. ¿Cuál es su secreto para seguir manteniéndose tan unidos?

–Efectivamente muchos grupos acaban separándose por problemas internos. En nuestro caso el hecho de que se haya cocinado a fuego lento nos hace tener una perspectiva de lo que cuestan las cosas y nos permite que sigamos teniendo ilusión. Las cosas hay que currárselas pero no puedes estar permanentemente preocupado por algo que no está en tus manos. Lo que tenemos claro es que todo lo que hagamos tiene que ser emocionante para nosotros.

–Han conseguido poner de acuerdo a muchas generaciones.

–Eso es una suerte tremenda. Pero ahora que hemos estado en Gijón nos comentaban también que había mucha gente joven en el concierto y eso nos da una gran alegría porque son años de futuro. Hay que estar siempre cerca de la gente joven.