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Cultura

El drama de los animales en peligro de extinción retratado en boli bic

  • Paco Mármol expone en el ECCO 'Bye (planeta voraz)', en la que muestra en diez dípticos la consecuencia de nuestras propias acciones, con imágenes que apelan a la conciencia

Paco Mármol posa junto a la impresionante imagen del gorila que lleva a la muestra 'Bye (Planeta voraz)'.

Paco Mármol posa junto a la impresionante imagen del gorila que lleva a la muestra 'Bye (Planeta voraz)'. / julio gonzález-

No hay mayor golpe de realidad que la crudeza de una situación mostrada en modo causa-efecto. Y esto es justo lo que hace el artista Paco Mármol en Bye (planeta voraz), la muestra que ayer inauguró en el ECCO, en la que exhibe el drama al que hemos empujado a nuestros compañeros de viaje en vías de extinción: los animales.

Veinte dibujos realizados en tinta de boli bic desplegados en diez dípticos hacen de la sala 10 del Espacio de Culturas Contemporáneas (ECCO) un lugar para la reflexión y para la toma de conciencia sobre la situación de numerosas especies que en breve dejarán de habitar la tierra. ¿Que comemos galletas con aceite de palma? Pues que sepamos que es consecuencia del tremendo maltrato a los orangutanes y a sus mamás, "a las que se cargan sin reparo porque son especies donde las crías están muy unidas a sus madres"; ¿Que nos vamos a comer sushi en el restaurante de moda de tal o cual ciudad?, pues ¡ojo! que a veces procede "de la sobre explotación a la que el atún rojo se somete precisamente frente a nuestras costas". ¿Que escogemos para un regalo unos pendientes realizados con marfil?, pues ya intuirá que el material procede de esos gigantes y entrañables amigos llamados elefantes. ¿Que estamos destrozando el planeta y el hábitat en el que intentan sobrevivir la mayoría de las especies como consecuencia del calentamiento global?... Pues de esto trata el concienzudo recorrido que plantea este artista cuyo dominio técnico del boli es tan asombroso como cada uno de sus dibujos, con escenas más o menos cercanas, pero tan reales como la vida misma.

En cada obra enfrenta a un animal junto a algún detalle vinculado a su desolador futuro

Es así como enfrenta la imagen de un orangután a la de un bote con aceite de palma; la mirada fiera de un león junto al dibujo de una escopeta que simboliza la caza furtiva; un rinoceronte a la de las pastillas para la disfunción sexual que se extrae inútilmente de su cuerno y que cotizan al alza en China; la de un tiburón al que desprenden de su aleta para productos dietéticos o de consumo alimenticio y la de un oso junto a una planta industrial, en la que el humo de la contaminación se dibuja en forma del mapa del mundo, entre otras.

Piezas maceradas en negro sobre blanco, "muy importante en la composición de mi obra" que ante el rojo impreso en las paredes del ECCO, subrayan aún más el dramatismo del asunto, pues sus imágenes invitan a deleitarse en el sutil trazo, acercarte a comprobar que milimétricamente no hay ni un sólo detalle que se le escape a este genio del dibujo, un autodidacta que ya de bien pequeño bordaba las portadas de los comics de Mortadelo y Filemón.

Contundencia técnica para un mensaje también contundente que Mármol emitió en la presentación de la exposición, en la que reflexionó sobre aquello que hacemos, a veces de forma inconsciente, pero que sitúa a estos protagonistas en una escena en la que no eligieron estar, y que además cuenta "con un inevitable final infeliz".

Un discurso blindado con la pieza audiovisual de su colega el realizador gaditano José Prada, que bajo el título El camino de lo natural contextualiza históricamente la situación, como cuando en los años 20 "se inventa el vehículo de motor a la par que se extingue el tigre de Tasmania".

En pleno siglo XXI son otras las especies que retrata, tigre, gorila, oso, tiburón, orangután, águila, rinoceronte... que dibuja tras seleccionar la fotografía perfecta. "Veo cientos de imágenes y escojo la que más detalles tiene, aquella que por mi propio trabajo -es diseñador gráfico en la Fundación Provincial de Cultura- intuyo que tiene más potencial". Luego le mete una rejilla de un centímetro por un centímetro y la traslada al papel, la pasa a lápiz y luego a boli bic.

En cada uno de sus dibujos ha empleado un mínimo de tres semanas, hasta sumar los alrededor de dos años que le ha llevado esta muestra con un mensaje bien claro junto a cada imagen.

Y es que Paco Mármol piensa en global "para actuar en local", pues tiene claro que cada uno tiene en su mano su propia oportunidad de cambiar el mundo, a base de pequeños o grandes gestos. El suyo es esta exposición, Bye, que aunque se despide del mundo animal, llega para quedarse todo el verano y mover conciencias.

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