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Joan Gràcia. Componente de Tricicle

"Todo el mundo dice que es más difícil hacer reír que llorar, pero nadie lo valora"

  • Tricicle ofrece hoy la primera de las seis funciones previstas en el Falla hasta el domingo · 'Garrick' toma nombre del actor inglés del siglo XVIII cuyas actuaciones eran recomendadas por los médicos de la época

Tricicle vuelve a Cádiz, al Falla. Seis, funciones, seis, como si se tratara de una complicada lidia teatral en tiempos de crisis, un tiempo para lamentarse y deprimirse y un tiempo, por tanto, para evadirse con los gags de este clásico trío catalán que se encuentra de gira con su último espectáculo, Garrick, apellido del actor cómico inglés cuyas delirantes actuaciones eran recomendadas por los médicos del siglo XVIII para combatir en lo posible la depresión y los alicaídos estados de ánimo. Recetas de risa, en resumen. Joan Gràcia, uno de los componentes de Tricicle, atiende a este periódico vía telefónica.

-Tengo una duda: ¿Es posible entrevistar a Tricicle por teléfono, promete no hacer ningún gesto?

-Sí, perfectamente, sabemos hablar, comemos, hacemos de todo.

-Vienen a Cádiz con Garrick, una obra basada en el reconocido actor inglés del siglo XVIII.

-Bueno, basada en el actor no. Utilizamos su nombre y lo que en su momento fue. Era un actor inglés, muy bueno, el mejor actor cómico inglés de la época. Entonces, los médicos, cuando había alguien que estaba triste, melancólico, lo que hoy sería depresivo, pues lo mandaban al teatro para que viese dos o tres veces a Garrick. De alguna manera fue el primer risoterapeuta de la historia, igual que antes habrían sido los bufones para los reyes. La risa siempre ha alegrado la vida. Así, hemos utilizado su nombre, que como además termina en 'i' va como anillo al dedo. Es un homenaje, una excusa.

-¿Y cree que los médicos deberían seguir recetando píldoras de risa, de gags de Tricicle?

-Sí, lo hacen. Tengo un amigo que es psiquiatra y muchas veces ha traído a sus pacientes, y sabemos de médicos que lo recomiendan, no como solución, claro. Mira, cada día recibimos e-mails de gente que estaba triste o deprimida y que salió eufórica de nuestro espectáculo. Además, al salir a saludar al final del espectáculo muchísima gente nos cuenta lo mismo. Por eso nos propusimos, después de 30 años, este espectáculo con los tipos de risa que nosotros utilizamos y sus beneficios.

-¿Habrá que convenir, en todo caso, que el hombre debería reírse más?

-Bueno, mi madre, que tiene ochenta y pico de años, decía que la gente antes cantaba por la calle, y ahora no canta nadie. O estabas en la cocina y siempre oías a una vecina que estaba cantando... Creo que la gente se ha encerrado más, también imagino que la televisión ha tenido mucho que ver: te pones a ver la televisión con tu familia, pero eres tú quien ve la televisión. A veces, puedes comentar algo, pero se ve un programa detrás de otro. Creo que se ha creado una forma de vida más seria, más encerrado en uno mismo.

-¿Y se puede afrontar la crisis con humor?

-Sí, estoy seguro que ayuda. Igual que a la gente que sufre una enfermedad o lo puede estar pasando mal a fin de mes. Dicen las estadísticas que los espectáculos son los que menos han padecido la crisis, y dentro de ellos los que menos, los espectáculos de humor, de comedia. Los espectáculos donde la gente sale más eufórica, comedias o musicales. Seguro que ayuda.

-Y acostumbrados como están a reírse y a hacer reír, ¿cómo ve que un político llore cuando abandona su puesto?

-Bueno, más que nada se han reído de él algunas personas. Pero yo creo que llorar y reír son sentimientos que se han de expresar, y parece que un hombre cuando llora no lo es. Estoy totalmente en desacuerdo, al margen de historias políticas. ¿Por qué una mujer va a llorar por algo que le produce tristeza y si es hombre tiene que aguantar el dolor y no mostrarlo? Quien ha dicho esto no es que sea estúpido, pero en este caso ha dicho una estupidez.

-¿Cómo ha salido Tricicle del chequeo al que se sometió por lo de las Medallas de las Bellas Artes?

-Bien, fantásticos, aquí estamos.

-¿De verdad les sorprendió tanto esa concesión?

-Sí, nos ha sorprendido y nos ha reconciliado un poco con lo público. Somos una compañía que si no fuera por el público, que no por los entes públicos, no estaríamos donde estamos. Pero no sólo nosotros, generalmente la gente que hace comedia. Todo el mundo dice que es más difícil hacer reír que llorar, pero nadie lo valora. Los Marx eran actores de vodevil, maravillosos, pero no fueron reconocidos hasta que no se murieron. Y todos los grandes genios que levantaron el cine, que eran grandes cómicos, en aquel momento quedaron como cómicos, sin ningún tipo de importancia. En cambio, un director de teatro pilla un Shakespeare y lo monta, y es un gran intelectual. Se encuentra con un texto maravilloso. Pero los cómicos parten de cero, de una hoja en blanco y de eso tienes que hacer humor. Somos doblemente creadores.

-Cuando leísteis el texto de agradecimiento, que está en vuestra web, se dio un caso curioso con el príncipe Felipe desternillándose de risa, como los antiguos bufones que hacían reír a reyes y príncipes.

-Seguimos siendo bufones, lo que pasa es que no llevamos cascabeles en la cabeza. Seguimos siendo payasos, pero de hoy, sin la cara pintada ni relojes enormes. Nos consideramos payasos y estamos encantados de serlos. Bufones que hacemos reír a todo el pueblo, no sólo a los Reyes. Como anécdota, ocurrió algo similar en las Olimpiadas en 1992. Recuerdo que cuando dábamos una vuelta al estadio, saludábamos al Rey. Y nos arriesgábamos a que nos cortaran el cuello... como a los bufones, pero enseguida vimos que el Rey se reía y que no había problemas.

-¿Qué queda de los primeros años de Tricicle, el espíritu de vuestros montajes sigue siendo el mismo?

-Hombre, en los inicios no teníamos ni idea de nada, y todo surgió de manera espontánea, se juntaron una serie de elementos químicos y salió un producto que funcionó. Daba miedo el segundo espectáculo... y ya llevamos ocho montajes. De aquello queda la ilusión de continuar haciendo cosas, de seguir actuando, y más en estos momentos en que el resto de medios, como la televisión o el cine, es muy difícil. Sólo hay que ver que se ve en televisión, una serie de programas en los que nosotros no entramos y un tipo de series muy trabajadas a la americana. Distinto a lo nuestro. Y entonces batallas para estar ahí, que hagas una serie y que al segundo capítulo la quiten de en medio por la audiencia... Cuando surja un canal que sea consecuente con la programación y apueste por ciertas cosas, entonces volveremos. Y aparte de todo, hay que decir que donde mejor nos sentimos es en el teatro.

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