Es un hombre que desata pasiones cada mes de febrero. En sus coplas de Carnaval, lanza feroces críticas envueltas en bellas letras que le han reportado fervientes seguidores, pero también grandes detractores. Ahora, Juan Carlos Aragón ha plasmado su lírica en un libro, titulado La risa que me escondes, que presenta esta tarde en el Salón del Claustro de Diputación.

"Escribo poesía casi desde que nací, pero nunca se me había ocurrido publicar mis poemas porque éste es un género muy cerrado, algo selecto y elitista que no tiene mucho mercado. Por eso, siempre he volcado mis inquietudes poéticas en otras actividades como el Carnaval", explica este licenciado en Filosofía, quien cuenta que fue Javier Sánchez, director de Ediciones de la Isla de Siltolá, quien le propuso lanzarse a esta aventura. "Él me seguía por el Carnaval y un día me llamó planteándome que debajo de esas letras debía haber un poeta en toda regla. Él me hizo una oferta y yo acepté gustosísimo". Así, el libro de Aragón hace el número 10 de la colección Siltolá Poesía de la editorial que dirige Javier Sánchez.

La risa que me escondes trata "una temática heterogénea, tanto en contenido como en forma", según su autor. "Hay versos de mi época juvenil, otros posteriores y algunos muy recientes. Y hablan de todo. Me debato a caballo entre poemas que buscan el mero placer estético y otros con gran contenido crítico, desde el punto de vista social y político". Porque a Juan Carlos Aragón le cuesta escribir sin crítica, "siempre ha ido conmigo y creo que es o debe ser algo fundamental dentro de la literatura y de la creación artística en general".

Le dedica algún poema al Carnaval, "porque forma parte de mi vida y siempre está presente en mí", pero afirma rotundo que "no es un libro de Carnaval" y no quiere que el público lo vea como una prolongación de su obra de Carnaval, "si alguien lo lee así, puede decepcionarse". Insiste en que es "algo nuevo, radicalmente distinto" y asegura que "el lector que se atreva y lo lea lo más exento de prejuicio posible, disfrutará leyéndolo". Aunque es consciente de que los prejuicios son inevitables.

Del título no quiere comentar nada porque dice que "forma parte de una metáfora que es más apasionante que el lector lo descubra a medida que lee el libro. Si explico la metáfora, pierde su encanto".

Juan Carlos Aragón afirma que disfruta escribiendo, por eso, si le va bien en esta aventura, "por qué no seguir cultivando este género". A principios de este año publicó un ensayo titulado El Carnaval sin apellidos, en el que a través de sus experiencias como autor de reconocidas agrupaciones, reflexiona sobre la fiesta gaditana.

Su idea es compaginar su labor literaria con el Carnaval, que es algo que no entra en sus planes dejar. Y si no le va bien en esta nueva aventura, seguirá plasmando sus inquietudes poéticas en sus coplas, ya que él defiende que "el Carnaval posibilita la poesía y todo, porque es un campo enormemente abierto, con infinitas posibilidades, algunas por descubrir".

Se queda con lo que ha disfrutado en la creación de La risa que me escondes. "Me he divertido mucho escribiéndolo y creo que el lector también se divertirá", concluye el autor.