Para algunos, es una cineasta perfectamente metida en los caminos de la independencia y la modernidad. Para otros, es el máximo exponente del gafapastismo llevado al mundo audiovisual. Pero ahí está la catalana Isabel Coixet, irónica superviviente del movimiento independiente que surgió en los años 90. Ahora que la etiqueta se ha convertido en una excusa para que jóvenes directores ambiciosos tengan una tarjeta de visita para entrar en el gran Hollywood, Coixet sigue demostrando que sigue inspirándose en los más bien olvidados filmes de Hal Hartley y compañía, manteniéndose fiel a historias urbanas con personajes modestos y con filigranas sentimentales.

Mapa de los sonidos de Tokio es un nuevo exponente de este estilo. Pasó por el Festival de Cannes donde no levantó excesivos entusiasmos. Llega para cerrar la más bien átona cartelera de agosto tras su experiencia internacional con Elegy, que mezcló a Penélope Cruz con Ben Kingsley. Ahora le toca el turno a Tokio, ciudad que está siendo muy visitada por los cineastas alternativos en las ultimas décadas. Ahí están Lost in Translation o Babel para demostrarlo. De hecho Rinko Kikuchi, la adolescente sordomuda del film de González Iñárritu, hace un papel junto a Sergi López, ausente del cine desde su brutal capitán de El laberinto del fauno. A Coixet se le ocurrió su historia mientras paseaba por el mercado de pescado de Tsujuki, en la capital nipona. Intentó fotografiar a una vendedora que se negó en redondo. A partir de esta experiencia tan simple, la directora empezó a imaginar una historia que acabó dando origen al film.

Eso, y la impresión que le causó Tokio, con su bullicio, sus luces nocturnas y su peculiar estilo de vida. En ese ambiente de neón ideó a una chica que trabaja como vendedora de pescado pero que lleva una doble vida, ya que a ratos acepta un curioso sobresueldo como asesina. Lo que no sabe es que un ingeniero de sonido, secretamente enamorado de ella, va registrando los sonidos que produce, dado que es lo único que va a conseguir de la chica. En esto que un poderoso empresario ve cómo su hija se suicida por causas amorosas provocadas por un español que negocia en Japón con vinos. Así que uno de sus hombres de confianza, que también amaba en silencio a la difunta, contrata a la asesina para que acabe con el vinatero.

Como es habitual en Isabel Coixet, la banda sonora del film está muy cuidada con conocidos cantantes indies del panorama actual. Así podremos escuchar a Misora Hibari, mito del estilo nipón Genka, Max Richter, los holandeses Kraak & Smaak y Antony & The Johnsons.