Más de 30 años después de su muerte aparece un volumen con la obra completa, y mucho material inédito, de Blas de Otero, uno de los poetas más representativos del siglo XX y al que se le suele circunscribir como icono de la poesía social. "Una equivocación, porque por encima de todo fue un gran poeta". Así lo considera la doctora en Filología, exprofesora y viuda del escritor Sabina de la Cruz, quien ha cuidado, protegido y rescatado el legado del poeta vasco y también es responsable de la edición de esta Obra completa (1935-1977) en Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores del autor de Pido la paz y la palabra, junto con el experto Mario Hernández.

"Creo que hablar de las distintas etapas de la poesía de Blas de Otero, poesía religiosa, existencial y sobre todo social, es una equivocación, porque no hay compartimentos en él. Es un poeta, un poeta que se sienta en su mesa, en soledad, y se mide con la palabra. Eso es: un poeta desde niño", explicó De la Cruz. La viuda del bilbaíno, que hizo su tesis doctoral sobre Blas de Otero después del fallecimiento del poeta, dos volúmenes de más de 2.000 páginas, es una mujer que se considera no sólo su viuda, sino una profesora que ha cuidado su obra. Un mujer, de 83 años, que nunca se atrevió a abrir las muchas carpetas del poeta en vida, porque lo consideraba "una intromisión". Pero que, una vez que Blas de Otero (Bilbao, 1916-Madrid, 1979) falleció, se dedicó a cuidar su obra, como también lo reconoció Hernández.

Así, este volumen que sale ahora, de verso y prosa, reúne todos los poemas que el vasco publicó en vida, junto con otros póstumos que sacó también Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores en 2010, Hojas de Madrid con La Galerna, y otros dos que dejó inéditos: Poesía e Historia (verso) y Nuevas historias fingidas y verdaderas (prosa). Además, incluye una sucinta e inédita Historia (casi) de mi vida, con su biografía y una serie de poemas desconocidos de juventud que estaban dispersos entre sus amigos y ahora han sido rescatados por De la Cruz. Una revisión del trabajo del poeta que da una imagen torrencial, variada y proteica de su obra, y un retrato de su vida.

Una existencia marcada desde joven por la depresión, que se reveló en él a los 16 años, tras perder a su hermano y a su padre, y cuando tuvo que decidirse por estudiar Derecho para sacar a la familia adelante, a pesar de que por encima de todo se consideraba poeta.

El poeta -al que Dámaso Alonso consideraba uno de los mejores, comparable a los miembros del 27 y cuya obra igualaba a la de Lorca-, nunca pensó en editar su obra completa, porque tan sólo se preocupaba de publicar y zafarse de la censura, algo que le persiguió casi hasta su muerte. "Él hacía antologías para huir de la censura, para rescatar algunos poemas que no podía publicar en un volumen y que, sin embargo, podía agazapar en una publicación que luego saliera, por ejemplo, en América Latina", subrayó Hernández.

De Otero, cuyos poemas han puesto letra a numerosas canciones de, por ejemplo, Paco Ibáñez, era un hombre comprometido, y su obra trasciende las clasificaciones, como señaló José Ángel Valente: "Blas es él solo una entera clasificación". "Era el hombre más libre que he conocido en mi vida -recalca su viuda-. Cuando alguien me dice que se plegó a una u otra doctrina del Partido Comunista, le digo que no, que se equivoca, que para Blas nunca hubo consigas ni sometimientos. Para él solo existía la realidad, el pueblo y las necesidades del pueblo: la gente, la felicidad, la paz y la libertad".