Una de las citas importantes del año expositivo gaditano viene siendo la inauguración del Certamen de la Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz, un certamen que se ha afianzado en el contexto general del arte y que atrae a figuras muy significativas, a todos los niveles, que acuden atraídas por la importancia que está consiguiendo una colección donde aparecen, ya, nombres ilustres de la plástica española -Jesús Zurita, Simón Zábell, José Piñar, Manuel Moreno Morales, Carolina Ferrer, Joaquín PeñaToro, Dávid López Panea, Marisa Mancilla, entre otros-. El certamen, que llega a su décimo segunda edición, ha visto cambiada su fecha de realización, siendo todo un acierto esta nueva ubicación en un calendario expositivo que va a tener una mayor repercusión. Algo que se ha visto traducido en las más de trescientas obras presentadas, algunas provenientes de artistas de mucha dimensión y entidad. Pero los tiempos han impuesto su aplastante realidad, los sistemas expresivos tradicionales han dado paso a nuevos desenlaces y modos artísticos desde una tecnología cada vez más determinante. Por eso pintura y escultura han bajado su intensidad para afrontar los episodios máximos de una fotografía y de un vídeo creación que ha abierto horizontes y clarificado un panorama que va posicionándose, cada vez más, en los estamentos de una modernidad que no admite vuelta de hoja.He tenido la oportunidad de asistir cmo miembro del jurado desde el nacimiento de este certamen, muchos episodios se han vivido en el seno de unas deliberaciones que buscaban lo mejor del Arte Contemporáneo para la institución que convocaba; ha sido ésta, probablemente, la edición que más argumentos interesantes ha provocado. En primer lugar, ya se han visto la plastante decantación por lo más nuevo - la selección y las piezas adquiridas, así lo constatan-; pero es también digno de mencionar la seguridad que ha tenido el jurado en sus decisiones. Fotografía nueva, aplastante, contundente y llena de sentido plástico y estético; artistas que la ejecutan convencidos de lo que hacían y nada proclives a adscribirse a tendencias impuestas por modas; por eso la selección de obras fotográficas nos sitúa ante un ramillete absolutamente diferenciador de un arte con mayúsculas y nada sospechoso. David de las Heras, Marco Algovia, Roberto Milán, Jorge Yeregui, Llorenç Ugas, José Ramón Moreno Fernández y Juan Carlos Toro, fotógrafos representantes de una actividad que ellos, como otros grandes artistas, han elevado a la máxima categoría. Y para testimoniar el momento dulce que existe en ese aspecto tan complejo de la vídeo creación, cinco obras que dicen bien a las claras la posición extrema de una actividad que, asimismo, lecanta las mayores expectativas. Dos magníficas obras de Arturo Fuentes -Planar y Null-, la de Cristina García y la de César Ordóñez justifican una selección justa y necesaria. Junto a la fotografía y al vídeo, unas pocas obras de distinta naturaleza plástica y estética cuyos autores dejan constancia que el arte contemporáneo asume todo tipo de circunstancias artísticas. Así nos encontramos piezas de Cristina Galeote, Fátima Consesa, María Blanco, David Saborido, José Leal, Paco Galeote, Alejandro Botubol y Luis Quintero, además de la fotocerámica de David Robles. Décimo segunda edición del Certamen de Artes Plásticas de la Confederación de Empresarios de la provincia de Cádiz que va a pasar a la historia por el año en el que la fotografía y el vídeo marcaron las diferencias.