Cultura

Más allá de la línea de fuego

  • Ernesto Pérez presenta hoy en la APC un libro sobre las circunstancias de los enfrentamientos armados

La realidad nunca es como en las películas de Hollywood, porque no la patrocinan los fabricantes de munición. Sin embargo, las circunstancias en las que acontecen enfrentamientos armados entre miembros de las fuerzas de seguridad y delincuentes, sí está sometida a parámetros cuantificables.

Ahí van algunos. El atacante suele esgrimir el arma de fuego entre uno y dos minutos después de iniciada la situación de respuesta policial. En el 88% de los casos, dicha arma será una pistola o revólver. También y sobre un universo estadístico de cien casos, sólo en un 25% de las ocasiones, el agresor utilizará un cuchillo o arma blanca. En cambio, el uso de una escopeta (generalmente de caza) alcanza un 19% de los casos.

A partir de este punto, se producen sorpresas. El profano pensaría que la siguiente arma a utilizar por los delincuentes en su enfrentamiento con la policía podría ser un destornillador de grandes dimensiones (6% de posibilidades), o incluso arrollar a los agentes con el vehículo de huída (12,5% de los casos). Sin embargo, la tozuda realidad se empeña en demostrar que existe igual número de probabilidades, un 12,5%, de que el agente de un cuerpo de seguridad se vea expuesto a los balazos de un fusil automático de asalto.

Un dato este particularmente llamativo en un país donde existen fuertes restricciones al uso de armas y donde está absolutamente prohibido comprar o poseer armas militares de guerra.

Más llamativo aún resulta que el adiestramiento de los miembros de las FSE y las policías locales y autonómicas, para usar sus armas de dotación, no exceda nunca del nivel básico (excepto que se pertenezca a una unidad de asalto) y un plan de prácticas que muchos profesionales califican de episódico. Incluso ha llegado a cambiarse el arma corta de dotación personal de los Cuerpos, sin que los propios funcionarios hayan podido adiestrarse antes en los requerimientos de las nuevas.

Otro hecho singular: a diferencia de Gran Bretaña, donde la industria editorial publica anualmente decenas de volúmenes sobre aspectos técnicos de las armas de fuego, en España, sólo se existen libros análogos desde hace apenas 20 años y casi todos, tienden a ser meros 'catálogos', con mejor o peor contenido gráfico.

En ese contexto, un antiguo policía local de La Línea e instructor de tiro, Ernesto Pérez Vera, ha decidido volcar sus conocimientos en su obra En la línea de fuego: la realidad de los enfrentamientos armados, un riguroso estudio de más de una veintena de casos reales.

Pérez Vera, quien sobrevivió a un agresor armado y resultó con graves secuelas, es autor de más de un centenar de artículos profesionales y ha tenido el acierto de compartir la autoría de este libro con el psicólogo Fernando Pérez Pacho. Esa colaboración permite al lector conocer no sólo el relato de cada uno de esos sucesos estudiados, sino además del análisis que realiza sobre el hecho, tanto el instructor de tiro como el especialista en Psicología.

El resultado es un libro técnico, sólido, interesante, que evidencia la falta de adecuada formación de miembros de las FSE, policías locales y autonómicas, e incluso de vigilantes jurados; para conducirse adecuadamente en tales situaciones. Esa carencia es tan acentuada que el propio Ernesto Pérez Vera ha orientado su cometido profesional de instructor en adiestrar a sus alumnos para el tiro reactivo e impartirles nociones que corrijan las 'taras de fábrica' inculcadas en los programas básicos de adiestramiento.

Los autores de En la línea de fuego presentarán su libro, a las 19,30 en la APC, acompañados por Víctor Duque y David Montes, secretarios general y regional, respectivamente, del sindicato policial UFP. El acto será moderado por la periodista Silvia Tubio, de La Voz de Cádiz.

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